sábado, 14 de diciembre de 2024

Las amargas lágrimas de Norma Piña

 

La ministra presidenta de la SCJN, quien llegó a ese cargo por imposición de un grupo que domina el Poder Judicial, cercano al PRIAN, políticos corruptos y saqueadores, y la oligarquía mexicana, se va de ese alto tribunal con amargas lágrimas, pues, aunque maniobró ilegalmente, no pudo derribar el aplastante triunfo de la presidenta de México y Morena y sus aliados; tampoco pudo impedir la reforma judicial. Asienta la ministra que ministros, magistrados y jueces fueron amenazados con causas penales y juicios políticos, pero miente por defender al viejo régimen y los privilegios de un Poder Judicial podrido.

Si bien, Norma Piña fue la primera mujer en presidir la SCJN, se va sin pena ni gloria, pero con las bolsas llenas de dinero público, producto de los privilegios y el saqueo. Torpe y mediocre políticamente, mentirosa y la mejor representante de la oposición derechista que aceleró su hundimiento, parecida en el lloriqueo a Claudio X. González, jamás entendió a México y a los mexicanos. En su mediocre fantasía, supuso que su vulgar candidata Xóchitl Gálvez, remontaría y ganaría, pero se pasmó cuando vio que 36 millones de mexicanos le dieron el triunfo a Claudia Sheinbaum y, con Morena y sus aliados, la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

A la señora Norma Piña le faltó visión o asesores políticos que le advirtieran que su torpeza política, mediocridad y mentiras, llevarían al suicidio a la oposición. La derecha mexicana eligió a una ministra políticamente torpe, sin posibilidad de competir con AMLO, menos con la presidenta de México. Su conducta infantil de no ponerse de pie en un informe del presidente de México, electo democráticamente y con el apoyo de millones de mexicanos, marcó su hundimiento como ministra presidenta de la SCJN y el fracaso de la derecha, pues decidió poner en manos de una mujer políticamente fracasada, su triunfo. Su falta de respeto al presidente de México y sus maniobras para declarar inconstitucional la propia Constitución mexicana, la exhibieron en su mediocridad, mientras Claudio X. González financiaba al Poder Judicial como oposición.

El fracaso de la derecha es notorio. Supuso que, violentando la ley con amparos ilegales, atracción de controversias ilegales y el intento de una SCJN derechizada, fascistoide, por violentar la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, triunfaría. Pero la derecha no conoce de política. Menos de legalidad y leyes. A Norma Piña la eligieron para encabezarla, a pesar de su mediocridad y fracasos. La derecha supuso que el desdén al presidente de México, era una buena señal. Una mujer que, según su discurso cuando llegó a la presidencia de la SCJN, rompía un manoseado cristal, le falló. Enrique Krauze, súbdito de la Corona española, representante de la derecha intelectual mexicana, dice que con los ocho ministros que se van pierde México.

La decadencia de la derecha mexicana es evidente. Las amargas lágrimas de Norma Piña, son las amargas lágrimas de la derecha, sus partidos políticos, la oligarquía y grupúsculos que han vivido del saqueo, la corrupción y los privilegios durante años. Pero, a pesar de las derrotas de la derecha en México, nadie puede cantar victoria. Intenta reagruparse con Javier Milei y Donald Trump. Gritan por la intervención de Estados Unidos, piden que México sea invadido, anhelan que sus privilegios y corrupción sean restaurados por el imperio. Cuando reclamaban que la reforma judicial significaba el fin de los contrapesos, en los hechos pretendían que el Poder Judicial se convirtiera en el Supremo Poder Conservador, es decir, el poder sobre cualquier otro poder. Es lo mismo que piden que, con amargas lágrimas, piden a Trump.

Los mexicanos ya conocen los lamentos de la derecha. El 60% del padrón electoral votó por Claudia Sheinbaum, Morena y sus aliados. El PRIANRD obtuvo 27% de la votación. Alega la derecha que fue 40%, es decir, que hasta los que no votaron por ellos, votó por ellos. Vaya cuentas con las que buscan engañar a los ciudadanos. La fantasía de los fachos.

No hay comentarios: