Lenguaje, política, narrativa, columnismo de odio, machismo, misoginia,
desprecio, no solo a la mujer que ganó con 36 millones de votos, y hoy es
aprobada por entre 70% y 80% de los mexicanos, sino a los ciudadanos que la
acompañan. La derecha mexicana ¿no entiende, se niega a entender o es
ignorante? Cuando en 2018 asumió la presidencia AMLO, la derecha fue tejiendo
una perversa operación en los medios corporativos, las redes sociales y con los
partidos derechistas PRIAN y MC, que intentó darle continuidad durante la
campaña electoral, pero fracasó. Después del triunfo electoral de Claudia
Sheinbaum, el cual fue reivindicado con la victoria en la Cámara de Diputados y
una mayoría en el Senado que después, producto del pragmatismo Morenista, se
convirtió en mayoría constitucional, la derecha emprendió una nueva maniobra
para desacreditar a la presidenta de México.
Esta nueva campaña está engarzada con los medios corporativos
internacionales, como el New York Times,
cuyas narrativas periodísticas en contra de AMLO y recientemente con un montaje
sobre un supuesto “laboratorio” de fentanilo, han pretendido golpear a la
presidenta de México, quien, con “guante blanco”, como le ha respondido a
Donald Trump, sin engancharse en su narrativa amenazante, pero la ha frustrado.
La derecha intuye que golpear con mentiras y fakenews a la presidenta,
supuestamente le daría votos para regresar a saquear y corromper el gobierno y
el país. Pero, a la fecha, la derecha partidista se equivoca, mientras la
oligarquía le sigue inyectando dinero. Un mal negocio, acorde con el
financierismo y la mercadotecnia en boga, pero a los multimillonarios poco les
interesa que fluyan esos recursos, pues el capitalismo salvaje, da.
Durante los últimos 100 días, la presidenta de México ha articulado un
discurso sólido y rico en datos e información. A diferencia de las mañaneras de
AMLO, quien respondía con datos, información histórica y una agenda contra la
derecha, las Mañaneras del Pueblo, han mostrado a una mujer sin titubeos,
informada, conocedora, inteligente y dispuesta a enfrentar el odio, la
misoginia y las intentonas nacionales e internacionales por derrocar a una
líder y su gobierno que marca agenda, tanto nacional como latinoamericana. En
Brasil, a pesar de los números económicos favorables –empleo, inversiones, PIB,
etc.- no hay en el horizonte otro gobierno progresista, menos en Colombia y
Chile, países a los que la derecha podría regresar.
En México, los 100 días de gobierno, colocan a Claudia Sheinbaum, no
solo como una mandataria cuya aprobación rebasa los 70% de aprobación nacional,
sino también como una mujer que sabe gobernar y controla todos los hilos de su
mandato. El Plan México, recién presentado, da muestra de lo que implica la
relación gobierno-empresarios. No se trata de un plan político, como los
lanzados en diversos momentos con el PRIAN, más bien de seguir sentando las
bases de un México que alcance su máximo potencial. Durante su informe de los
100 días, la presidenta de México fue clara: la soberanía es esencial para el
desarrollo del país, pero la cooperación con el imperio debe darse de manera
respetuosa. Donald Trump y sus halcones tienen mucho que aprender.
Según la comentocracia derechista –Salvador García Soto y Anabel
Hernández- el secretario de Estado de Trump, el fascista Marco Rubio, está
“armando” un expediente en contra de AMLO –risible, pues es un invento
criminal- y un testigo protegido, al que la Hernández le haría decir lo que
fuera, hablaría de supuestos nexos de la presidenta de México con el cartel de
Sinaloa. La sincronía de ambas narrativas falsas y estúpidas, es obvia. En una
semana asume Trump la presidencia del imperio, “me pongo al servicio del
criminal presidente” para golpear a Claudia Sheinbaum. Un “testigo” protegido
por el gobierno estadounidense, no es noticia. Solo la ignorante fascistoide
Anabel Hernández cree que su “periodismo” ficción le devolverá lo perdido. Los
100 días de gobierno de Claudia Sheinbaum, hablan por sí solos. No la mentira
de Anabel Hernández.
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