miércoles, 15 de enero de 2025

Capitalismo omnisciente, 1

 

La omnisciencia es un adjetivo referido a un atributo –exclusivo, se afirma- de un dios. El que lo sabe todo, pasado, presente y futuro. El capitalismo no es un dios, es un sistema económico, social, político, cultural, que se acerca a la omnisciencia, porque impide –al menos eso parece- pensar, individual y colectivamente-, en una alternativa que lo transforme, que históricamente permita transitar a otro sistema. El fin de la historia de Francis Fukuyama, tuvo cierta razón cuando setenció que, en la etapa neoliberal, dada la caída del llamado socialismo realmente existente –la URSS derrumbándose- la historia se acababa. Esta narrativa falsa, pretendió en su momento justificar el supuesto de que el capitalismo es el sistema económico que reinará por siempre, mientras el paradigma del socialismo y el comunismo era sepultado ante la supuesta evidencia del triunfo del capitalismo.

Sin duda, el triunfo del capitalismo es evidente, pero su permanencia histórica y ahistórica no es lo que muchos ven en su horizonte. La historia sin fin es una de las fantasías de las oligarquías globales, pero los pueblos avasallados y dominados, siguen viendo en su futuro otra forma de organización, en la que la depredación, el capitalismo salvaje, no sean el destino final. El cambio climático, por ejemplo, en su actual emergencia y consecuencias, es producto del capitalismo salvaje y depredador; el problema es que el monologo capitalista parece impedir pensar la solución –o al menos la mitigación- fuera del capitalismo. El desarrollo sustentable, concepto acuñado en la segunda década del siglo pasado para armonizar la explotación capitalista de los recursos naturales con la acumulación capitalista, la tasa de ganancia y la concentración del capital en pocas manos. El desarrollo sustentable es un mito del capitalismo.

En este sentido, la narrativa en la que no se ve alternativa al capitalismo, solo muestra la incapacidad de muchos pensadores, analistas y académicos de imaginar un futuro más allá del capitalismo. Leo con interés las entrevistas y notas de científicos que alertan sobre la catástrofe ambiental, el cambio climático, los gases de efecto invernadero, el impacto de los combustibles fósiles, la encrucijada de la humanidad, entre otros aspectos, pero todo es abordado en los límites que el capitalismo propone. Es decir, en análisis se estanca en lo que la humanidad puede o debe hacer acorde con el actual sistema socioeconómico. No hay cuestionamiento –o muy limitado- a la depredación de los recursos naturales, las limitadas opciones de las energías limpias, la crisis civilizatoria a nivel global, la concentración de la riqueza mundial en pocas manos. Las empresas de Elon Musk arman autos eléctricos, cuyo millonario costo no es accesible para las mayorías.

Y en Europa, como parte de la guerra comercial contra China, se promueve el uso de productos para las energías limpias locales, mucho más costosas y tecnológicamente menos avanzadas que los bienes chinos. Entonces, el capitalismo impone sus reglas, pero no promueve el libre comercio, como la globalización destaca. La llegada de Donald Trump, acorde con sus amenazas, seguro dará un vuelco al libre comercio, con sus ansias nacionalistas. El discurso de Trump elude el rechazo de miles de WASP a hacer trabajos que solo los migrantes hacen. Hace unos meses, un empresario WASP promovió varios puestos de trabajo a los que respondieron algunos WASP, pero su respuesta fue realmente insuficiente. A algunos se les dio el empleo, pero solo estuvieron un día y jamás regresaron. Esos son los WASP de Trump.

El capitalismo omnisciente atrapa a muchos. Los críticos, por ejemplo, del pensamiento único neoliberal, se niegan a pensar una sociedad poscapitalista. Los pensadores del siglo XXI se niegan a pensar más allá del capitalismo, como si esta sociedad fuera la última en la historia de la humanidad. La sociedad humana suele soñar con sociedades posteriores, con situaciones en las que no habrán cadenas que los aten a la estupidez humana que podría acabar con el planeta.

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