sábado, 11 de enero de 2025

Izquierda fantoche

 

Mientras en Estados Unidos, un juez en Nueva York confirmó la culpabilidad de Donald Trump, con cargos criminales, lo que significa que un presidente criminal estará al mando del imperio a partir del 20 de enero de 2025, en América Latina Nicolás Maduro asumía por tercera vez la presidencia de Venezuela, en el contexto del rechazo de los alicaídos y cuestionados presidentes de Colombia, Gustavo Petro, de Chile, Gabriel Boric, y de Brasil, Luiz Inazio Lula da Silva, cuya autoridad moral está en entredicho, además de que hay serias dudas de la continuidad de sus mandatos y de los gobiernos progresistas en los tres países. Aunque cada izquierda nacional tiene sus propias historias y trayectorias, los traspiés que han dado –entre el inmovilismo en Chile, la amenaza de Lawfare en Colombia, y asonadas derechistas y problemas de salud en Brasil-, sus impugnaciones al proceso electoral venezolano, no los erigen en prístinos presidentes.

La reacción de los presidentes de esos países, exigiendo la presentación de unas actas electorales, es simple injerencismo, y no los enaltece. Respondieron como la izquierda buenaondita en México, la que usando sus espacios en Youtube, atizó el rechazo a Maduro, además de dar espacio a los montajes de la derecha venezolana y mexicana. No se trata de censurarla, pero sí exhibir la fabricación de escenarios y narrativas que horas después, a pesar del nado sincronizado de los medios corporativos internacionales, Estados Unidos, la Unión Europea, algunos expresidentes latinoamericanos, entre ellos el marihuano Vicente Fox y el narco Felipe Calderón, se cayeron. Por ejemplo, en el caso de Julio Astillero, cabeza de una pequeña facción de la izquierda buenaondita o progres buenaondita, se tardó 24 horas para finalmente reconocer que María Corina Machado había hecho un montaje, pero no se disculpó con su auditorio.

En otro momento, la facción de izquierda buenaondita, afirmó que la “izquierda quiere más democracia”. Es una frase hermosa, pero desproporcionada en el contexto del capitalismo salvaje, extractivista y depredador. Es una izquierda capitalista, progresista con sus límites, que asume, sin cuestionar, la omnisciencia del capitalismo. Es lo que queda del pensamiento único neoliberal: el sistema socioeconómico actual es el único en el horizonte del proceso civilizatorio, pero hay que democratizarlo. Lo cual es imposible, pues es ignorar la existencia de poderes, Estados y oligarquías que son los que realmente rigen el mundo. Por ejemplo, más del 60% del territorio mexicano fue obsequiado por los gobiernos neoliberales a las mineras privadas, en particular las canadienses, las que han causado daños ambientales y a la salud irreversibles en muchos casos.

Asimismo, proyectos izquierdistas como el EZLN, han subsistido y sido exitosos por su aislamiento, pero los munditos izquierdistas no hacen verano. Ni se han extendido ni proliferado globalmente. El capitalismo salvaje sigue dictando el rumbo. Por ello, el acoso y rechazo de Colombia, Chile, Brasil y la izquierda buenaondita a Nicolás Maduro, es simple hipocresía. Que maduro ha perdido base social y apoyo en general, es cierto, pero tenemos que analizar el contexto, no solo local y nacional, sino sobre todo internacional. Venezuela posee las reservas petroleras más grandes del mundo actualmente, pero Occidente exige a todos los países virar hacia las energías limpias, las cuales pueden incidir, de manera muy limitada, en el cambio climático y los gases de efecto invernadero. Pero igual demanda que no se le compren paneles solares a China y menos que sus políticas industriales y armamentistas depredadoras no van a cambiar, y esperan asaltar el petróleo venezolano, el litio boliviano y cualquier otro recurso natural.

El capitalismo omnisciente debe ser cuestionado, pero es imposible su derrumbe y democratización. Las políticas de la 4T, que reivindican los derechos sociales, son apenas paliativos al proceso de acumulación capitalista y la concentración de la riqueza en pocas manos. Elon Musk es hoy el hombre más rico del planeta. ¿La izquierda buenaondita democratizará su riqueza?

No hay comentarios: