Horas después de la “inauguración” del gobierno de Donald Trump, comenzó
la firma de decenas de Órdenes ejecutivas, algunas no serán cuestionadas
legalmente, pero muchas acabarán en las cortes estadounidenses. La obsesión
Trumpista de acabar con la normativa legal del gobierno que lo precede, para
comenzar esa “nueva era dorada”, es obscena. Según algunos expertos, Trump
inundó de decretazos su toma de protesta, esperando que las disputas legales no
los alcancen. En el caso de México, casi todas las Órdenes ejecutivas, excepto
la de nombrar “terroristas” a los carteles de las drogas, sin nombrarlos,
tienen antecedentes, con algunas variantes narrativas, en el primer gobierno
del agente naranja. Aunque la prensa corporativa y sus comentócratas asuman que
vienen los marines, mienten. En ningún lado se dice que la invasión
estadounidense está en marcha. Al parecer, en todos los casos referidos a
México, se pretende mediatizar, alentar el miedo y poner en jaque al gobierno
mexicano, esperando una respuesta iracunda.
Los decretazos contra México esperaban una respuesta airada de la
presidenta de México, pero Claudia Sheinbaum es una mujer inteligente y
brillante, lo que le niegan los medios corporativos golpistas y sus fascistas
comentócratas. Las respuestas han sido claras, serenas y sin cortapisas. Lo que
le ha suscitado el apoyo de todos los gobernadores del país –incluyendo a la
Jefa de Gobierno de la CDMX y el amplio apoyo de la ciudadanía. Las más
recientes encuestas de los medios corporativos ubican su aprobación cerca de
80%. Hay que ser claros. Son ejercicios de opinión pública pagados por entes
privados, lo que parece molestar mucho a la derecha mexicana, la que en su
ardor antipatriota insiste en celebrar las Órdenes ejecutivas que afectan a
México, mientras los partidos de la derecha rampante –PRIAN- gritan pidiendo la
intervención armada de Estados Unidos en nuestro país.
En Estados Unidos, Donald Trump enfrenta ya la estructura del sistema
judicial. En el caso de su esquizofrénico intento por desconocer como
ciudadanos estadounidenses a niños y niñas, independientemente del estatus
migratorio de sus padres y madres, un juez aplazó su entrada en vigor, en parte
por la demanda de 20 fiscales de igual número de estados, y en parte porque
viola flagrantemente la Constitución de ese país. La 14ª enmienda
constitucional, que otorga la ciudadanía automáticamente a todos los nacidos en
territorio norteamericano, protege a los hijos de los inmigrantes. En cuanto a
la migración indocumentada, el panorama se ve complicado, pero se esperan miles
de demandas en caso de agredir a migrantes residentes legales y naturalizados.
Los más débiles, los indocumentados, algunos registrados en el sistema por
delitos menores o mayores, con órdenes previas de deportación, están en la
mira.
Como el Nobel Paul Krugman dijo recientemente, la amenaza de los
aranceles a diestra y siniestra, perjudicaría más a su propio país, comercio,
empresas y consumidores. Aunque este escribano está en total desacuerdo con la
expansión de la producción de aguacate, pues devasta miles de hectáreas de
bosques y tierras agrícolas, además de generar crisis hídricas en muchas zonas,
es el producto por excelencia de exportación. Su gran consumo está cerca –Súper
Bowl- y habría que preguntarle, tanto a los fanáticos del futbol americano,
blancos, afroamericanos, latinos/hispanos y de otras nacionalidades, si
estarían de acuerdo en pagar el doble o el triple por sus nachos con guacamole.
Los aguacates son el ejemplo más simple que las importaciones de
automóviles, SUV, y otros vehículos automotores, los que más grandes son, más
fascinan a sus consumidores WASP estadounidenses. Recordemos que otro de los
decretazos Trumpistas relega a los automóviles eléctricos, híbridos, por los de
combustión interna, pues privilegiará el uso de combustibles fósiles. Si EEUU
es uno de los países más contaminantes del mundo, en cuatro años veremos los
resultados. Y ha decretado la salida de su país de los Acuerdos de París.
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