domingo, 9 de febrero de 2025

El cierre de la USAid

 

Elon Musk ordenó el cierre de la United States Agency for International Development (USAid) por razones, en parte irrisorias. Afirmó que los marxistas la tenían secuestrada. En realidad, se refirió al financiamiento de la instancia estadounidense, fundada por el asesinado presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, en 1961, a organizaciones de la llamada sociedad civil y proyectos sobre diversidad sexual, apoyo alimenticio, y otros temas que se alejan de lo que esencialmente ha hecho esta agencia: desestabilizar gobiernos democráticos, financiar golpes de estado y minar la democracia y el progresismo. Para la extrema derecha y el fascismo, cualquier proyecto que apoye el “desarrollo” que se salga de las normas patriarcales, la heteronormatividad y la dominación machista, misógina, es un atentado.

Pero lo que no se comenta en ese cierre, es que muchos de esos proyectos alternativos que apoyan los derechos de los otros son el parapeto de una agencia que esencialmente promueve el golpismo. Su historia en América Latina es esencial para entender la injerencia y el intervencionismo de Estados Unidos. El cierre de la agencia responde a la agenda política externa de Donald Trump, quien busca minar a los gobiernos democráticos y los movimientos sociales progresistas. Al Trumpismo le interesa dejar fuera a quienes aparentemente cuestionan, tanto al patriarcado dominante como al capitalismo en general, lo cual no tiene sustento. Si bien, el neoliberalismo, al vaciar al Estado de bienestar y fomentar la proliferación de ONG y OSC que, con apoyos gubernamentales, se hicieran cargo de los derechos proscritos por los Estados neoliberales, pretendió construir un orden alterno a las obligaciones y funciones del Estado, no logró encaminar el proceso civilizatorio, el que hoy está en crisis y evidencia la profunda crisis del capitalismo.

La USAid tendrá su continuidad cuando sus financiados garanticen que están por derrocar gobiernos democráticos, no por financiar proyectos que minen al patriarcado, menos al capitalismo salvaje. En Estados Unidos, la batalla legal de los empleados de la agencia que fueron despedidos, apenas comienza. Están también luchando los empleados federales en general. Pero es interesante observar a los recién desheredados del financiamiento estadounidense. Cientos, sino es que miles de ONG y OSC, tendrán que cerrar o buscar apoyos de otros tipos para seguir con su trabajo. En México, deja organizaciones, periodistas, investigadores, activistas, en el desamparo. También, muchos directivos de esas instancias tendrán que buscar cómo compensar sus onerosos y generosos sueldos que se auto otorgaban, mientras que los empleados y supuestos sujetos que tutelaban recibían migajas.

Durante el neoliberalismo, cientos de estas organizaciones surgieron como hongos. Algunas realmente importantes por lo que hacían y a quienes representaban, pero otras con intereses golpistas. Unas decían luchar contra la corrupción, otras por la competitividad y la innovación, otras por la transparencia, etc., pero en realidad representan el injerencismo e intervencionismo de gobiernos y organismos extranjeros. La USAid financiaba a muchas de estas ONG y OSC, con la finalidad de minar a los movimientos sociales y gobiernos progresistas. Es el caso de México. El expresidente AMLO, en reiteradas ocasiones denunció el financiamiento estadounidense a instancias que no promovían la democracia y el desarrollo, sino que se dedicaban a golpear al gobierno mexicano.

Por supuesto que el cierre, temporal a todas luces, para “limpiar” de “marxistas” y proyectos a favor de la diversidad sexual, no implica que la injerencia e intervención de Estados Unidos allende sus fronteras cese. Más bien se trata de redireccionar los objetivos de esa agencia –y otras- para que los dólares fluyan para intentos golpistas, Lawfare y desbarrancar movimientos sociales y gobiernos progresistas. Es el realineamiento de la geopolítica estadounidense en la era Trump.

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