miércoles, 5 de febrero de 2025

La derecha parásita mexicana y el imperio

 PRIAN

Después de una larga conferencia con el agresivo y esquizoide presidente del imperio, la presidenta de México anunció acuerdos importantes. De un lado, las tarifas imperiales fueron pausadas por un mes, y por el otro, se abrieron mesas de trabajo sobre seguridad, comercio, fentanilo. No se habló de cambiar el “modelo económico” para que nuestro país se subordine al imperio, como en los periódicos Reforma, El Universal, grita la comentocracia parásita. Asimismo, la acusación que celebran en los medios corporativos sobre supuestos vínculos del gobierno mexicano, en realidad parte de hechos en los que los gobiernos del PRI y el PAN intervinieron. No olvidemos que, con Vicente Fox, el “Chapo” Guzmán se “fugó” de la cárcel, menos que con Felipe Calderón, el narcoestado tuvo su gran momento con el hoy encarcelado Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad del gobierno del PAN. Y durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, del PRI, además de desatarse una escandosa corrupción y saqueo, nada se hizo para detener al narco. El problema es del PRIAN, no de Morena, AMLO y Claudia Sheinbaum.

La derecha y la burguesía mexicana parásitas, dependen de que el imperio avasalle a México. Los aranceles, la declaración del narco como terroristas, las redadas y expulsión de migrantes, entre otras amenazas, son solo el parapeto de su interés golpista. A la derecha no le interesa México, tampoco los ciudadanos, menos la democracia. Son parásitos. Ha sido notoria la frustración de la oposición ante la pausa de los aranceles y la apertura de negociaciones. Previamente, el PRI culpó a la 4T por la imposición de las tarifas Trumpistas, una narrativa compartida por el PAN, los medios corporativos, la comentocracia y diversas cuentas en redes sociales. Ya no es suficiente caracterizar a la derecha como apátrida o vende patrias. El parasitismo de la derecha mexicana es impresionante. Si el PRIAN diariamente vomita odio en sus comunicados y valentonadas, sin reconocer cómo nuestro país ha cambiado y cómo la presidenta de México está enfrentando las amenazas Trumpistas.

Donald Trump no solo vende que el imperio volverá a ser grande, sino que para lograrlo amenaza al mundo de diversas maneras. Tarifas a todos, deportaciones masivas, expansionismo sin freno, y lo que sea para intentar esa “nueva edad dorada”. A esto le apuesta la derecha mexicana. Supone que, si el imperio regresa, le ayudará a regresar al poder. Es el parasitismo de la derecha. No construyen vías alternas a lo que rechazan. Lo único que desean es que alguien del exterior, como Trump, los reinstale en el poder. La derecha mexicana camina con su odio, sin proponer alternativas. El parasitismo de estos grupos, bien representados por el PRIAN y la oligarquía que paga por nada. Escuchando a los dirigentes de estos partidos políticos, solo reparten culpas en una narrativa que rechaza cualquier cambio y avance. El desprecio de la derecha es tóxico, porque más allá de la diatriba no hay propuesta, no hay proyecto. Su narrativa la montan en las amenazas Trumpistas. Vaya creatividad político-ideológica.

A la derecha mexicana no le importa el bienestar, el desarrollo colectivo, aunque sus propios integrantes refrendan el trabajo y la respuesta de la presidenta de México, ante las amenazas Trumpistas. La ceremonia de conmemoración del 108 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, fue el escenario político e ideológico para defender el país, la soberanía y la Constitución. El rechazo al intervencionismo e injerencismo del imperio, celebrado por la derecha, pues es la única manera por la que sueñan su regreso al saqueo y la corrupción. La derecha parásita se presenta como una oposición que no lo es. Al país le urge una oposición real. Recuerdo que hace años, se le exigía a la izquierda “modernizarse”, porque era necesaria para el país. Hoy, a la derecha la nación le exige convertirse en oposición real, propositiva. Que deje de anclarse en la injerencia golpista del imperio. Que construya y contribuya.

No hay comentarios: