La derecha mexicana no se cansa de demostrarle a los mexicanos, a ese
85% (El Universal, El Financiero) que apoya a la presidenta de México, que
respalda la manera en que ha manejado la relación con Estados Unidos, lo
perniciosa que es para la política y la democracia mexicana. Era de esperarse
su aplauso a las tarifas Trumpistas, pues su estrepitosa caída se debe a la
ausencia total de empatía con los mexicanos y la imposibilidad de plantear un
proyecto alterno a la 4T. El extorsionador Donald Trump, amenaza
unilateralmente al mundo. Su intención de devolverle a Estados Unidos el lugar
que perdió hace décadas, fracasará. Los aranceles que ha impuesto afectarán de
manera directa a los consumidores estadounidenses, pues las empresas y las
grandes corporaciones, trasladarán esas tarifas a los ciudadanos que dice el
esquizofrénico Trump defender. Al plutócrata no le importa la humanidad,
incluidos sus seguidores.
Vender la patria es para la derecha su gran acción histórica. Y los
medios corporativos mexicanos están también dispuestos a colaborar en las
amenazas y la guerra mediática Trumpista. No es extraño que la oposición
invente catástrofes, desastres económicos, intervenciones militares, desempleo,
debacles. El problema es que el griterío de la derecha se queda en los medios
corporativos y las redes sociales. Varios periódicos de supuesta circulación
nacional han presentado sus recientes encuestas, pagadas por la prensa sicaria,
no por el gobierno federal, en las que el apoyo a la presidenta de México es
más que notable. Y la manera en que ha manejado la relación con Donald Trump,
ha recibido un respaldo mayoritario. Aunque a algunos analistas, tanto
youtuberos como de la izquierda buenaondita, les sigue causando extrañeza la
conducta de la derecha, en realidad su narrativa es la extraña, pues la
oposición derechista se instaló, a partir de 2018, en su actual postura anti
AMLO, anti 4T, anti Morena, anti Claudia Sheinbaum. Nada nuevo.
La narrativa de la derecha ha escalado a la fabricación de más mentiras.
Los medios corporativos, la comentocracia de la prensa escrita, televisiva y
radiofónica, la diatriba ligada a varias plataformas digitales (@AristeguiOnline,
AtypicalTeVe, etc.), los lectores de noticias, siguen con su narrativa del
supuesto narcogobierno, pero ocultan su relación con los gobiernos criminales
del PRIAN. La condena y encarcelación del exnarcofuncionario Genaro García
Luna, parece no importarles, pero su defensa en los medios corporativos, solo
muestra cómo fluye el dinero, quizás ilícito, a los mismos. Los aranceles son
solo otro medio para golpear al gobierno mexicano, con la finalidad de intentar
derrocar al gobierno progresista encabezado por la 4T. La derecha no va a
cambiar su postura. Seguirá inventando y fabricando escenarios catastróficos.
La oposición, al no tener proyecto, golpea y sueña con una invasión del
imperio.
El aplauso de la derecha mexicana, pocas veces cuestionado por la
izquierda buenaondita, pues se dedica a golpear también al gobierno
progresista, no extraña a los mexicanos. En este contexto, “Alito” Moreno, no
deja de vomitar odio. Este dirigente espurio, corrupto, saqueador, le echa la
culpa a la 4T por los aranceles, pero igualmente –aunque lo sabe- no dice nada
de la estupidez que protagonizó el priista Enrique Peña Nieto, al invitar a
Trump durante su primera campaña electoral. Lo único que muestra ese PRI
basura, mezquino, es una ausencia total de programa y lejanía de los ciudadanos,
por lo que seguirá estando en el hoyo de la política del que no va a salir. En tanto,
Eduardo Verástegui, el fascista que mexicano que busca inventar un partido
político, le lame las botas a Trump, suponiendo que esta actitud lo llevará, no
solo a tener una franquicia política financiada por el Estado mexicano, sino
también llegar al poder. Claro, debe preocuparnos que Movimiento Ciudadano
desplace a toda esa derecha fracasada, como nueva derecha fascistoide, que sea
vista como supuesta “alternativa”, aunque tampoco tenga un proyecto alternativo
a la 4T, pue sigue enarbolando las mismas pifias del neoliberalismo que Trump
está enterrando.
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