Los hallazgos del rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, están
poniendo al descubierto una cascada de oportunistas, tanto entre la derecha
como en la izquierda, lo que podría distorsionar la relación que el Estado
mexicano, encabezado por la titular del Poder Ejecutivo, con las familias y
colectivos de familiares buscadores de sus desaparecidos. El sábado 15 de
marzo, marcó un quiebre la vigilia promovida por diversos colectivos que buscan
a sus desaparecidos, tomando como emblemático lo sucedido en Teuchitlán. Una
situación que jamás se había visto, tomando en cuenta que no es el único lugar
en el que se han encontrado vestigios y fosas comunes. Excepto por reportajes y
un libro de una conocida periodista vinculada a organizaciones civiles cercanas
ciertos grupos de derecha, la masacre de San Fernando, Tamaulipas, y sus
asesinatos y fosas, no fue motivo para una marcha que nadie puede dudar de su
legitimidad.
Es importante entender que el primer gobierno de la 4T, dejó sin
resolver diversos asuntos, como el caso Ayotzinapa, los desaparecidos y otros,
pero usarlos para golpear e intentar desacreditar al gobierno de la presidenta
de México, es realmente perverso. Como lo está haciendo la derecha y algunos
grupos de izquierda –como en Chiapas- que intentan aprovechar para sus espurios
intereses. La derecha financió en cuatro días una campaña de bots y hashtags en
la red social X, en contra de AMLO y Claudia Sheibaum. Gastó 20 millones de
pesos, comprando bots en Colombia, España, Argentina, África y otros países.
Asimismo, la derecha, en sus plataformas digitales, medios corporativos,
comentócratas y redes sociales; incluso hubo algunos personajes que
oportunistamente asistieron a la vigilia del 15 de marzo. Son los carroñeros
que incendiaron el país con la absurda y esquizofrénica guerra del
narcopresidente Felipe Calderón.
Lo que debe quedar claro a los mexicanos, es que el PRIAN incendió al
país durante los 36 años de la oscura noche neoliberal. Como algunos estudiosos
han documentado, el neoliberalismo fue impuesto en México con muertos, guerras
contra el narco, corrupción, saqueo y un clima deliberado en la que la
victimización y desaparición de miles de mexicanos eran consustanciales a las
políticas neoliberales. Los desaparecidos son la herencia del Estado mexicano
encabezado por el PRIAN y por los delincuentes que emergieron y se consolidaron
en los gobiernos del PRIAN. Tampoco deben olvidar los mexicanos que todos los
gobiernos del PRIAN están vinculados con los narcos y la delincuencia
organizada. Genaro García Luna, exfuncionario hoy preso en Estados Unidos por
narco, fue secretario de Seguridad del espurio asesino Calderón.
El PRIAN es incendiario y carroñero. Sin proyecto alternativo, hundidos
en el fracaso político, desarraigados ideológica y políticamente de la sociedad
mexicana, enfrascados en una guerra de narconarrativas en contra de la 4T,
ansiosos porque Donald Trump invada México, no buscan regresar al poder
democráticamente, sino por medio de un golpe de estado, externo o interno. Los medios
corporativos son sus grandes acompañantes. La comentocracia de la derecha ha
inundado sus columnetas periodísticas y sus redes sociales, con falsedades y
fakenews. El delirio del periodismo mexicano corporativo es una caja de
resonancia del odio y el golpeteo político de la derecha y la oligarquía mexicana,
para las que la democracia es un lastre. El 85% de aprobación de la presidenta
de México les corroe las entrañas, por eso la carroña altisonante de los
incendiarios.
Teuchitlán tiene que ser aclarado. Asimismo, las iniciativas enviadas
por la presidenta de México para reformar el marco normativo sobre la
desaparición son parte de acciones que el gobierno mexicano debe asumir, con la
finalidad de llevar justicia a los familiares de las personas desparecidas. Los
incendiarios saben que ellos comenzaron el incendio, por eso su nivel de
carroñería es insoportable. El PRIAN es carroñero e incendiario.
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