Teuchitlán, Jalisco, dejó al descubierto un hecho que durante décadas ha
preocupado a muchos mexicanos y mexicanas. Desde el sexenio del asesino Felipe
Calderón, se fueron integrando diversos colectivos de madres y padres buscando
a sus hijos e hijas. El narcopresidente fue increpado en alguna ocasión por una
madre, pero jamás recibió respuesta. En los gobiernos de la 4T, los reclamos se
han incrementado, porque las buscadoras y buscadores han asumido el papel del
Estado en la búsqueda de los desaparecidos, pero muchos olvidan el papel del
Poder Judicial en el proceso. La vigilia encabezada el 15 de marzo a nivel
nacional es muy relevante, porque pone en la mira mediática sucesos que son
manipulables, que la izquierda buenaondita, sobre todo la dirigida por el
periodista de La Jornada, Julio Hernández López, conocido en el mundo
izquierdoide buenaondita como Julio Astillero, encabeza una embestida golpista
en contra de la presidenta de México, culpándola de los sucesos de Teuchitlán.
La izquierda buenaondita suele ignorar la historia, según sus muy
particulares intereses. Efectivamente, el sexenio de AMLO dejó a deber muchos
asuntos, pero no se puede negar que atendió muchas demandas, entre ellas las de
los desaparecidos, lucha que se ha politizado al extremo de aliarse con la
derecha fascista. No olvidemos una foto de una emblemática madre buscadora con
la candidata fascista Xóchitl Gálvez del PAN. Ahora, la foto es con Julio
Astillero, un izquierdoide estalinista que usa su plataforma, financiada por
sus incautos seguidores, para atacar a la presidenta de México, sin presentar
comentarios contrastantes. La vigilia por Auchitlán, manipulada por la
izquierda buenaondita en redes sociales y replicada en La Jornada, un medio
corporativo que a veces converge con la derecha, no debate nada. Solo asumen
que la desaparición es “culpa” del gobierno de la 4T, pero no que son problemas
que tienen que ser atendidos, en primera instancia, por gobiernos locales y
estatales.
Cuando Teuchitlán fue exhibido por los medios coporativos, sin
contextuar, sin tener en cuenta las responsabilidades, tanto los medios
corporativos y sus comentócratas, así como la feroz izquierda buenaondita, se
fueron en contra de la presidenta de México y la 4T. El caso tiene una larga
historia que jamás fue atendida por Enrique Alfaro, exgobernador de Jalisco.
Asimismo, es importante analizar el papel, no solo de los estados gobernados
por partidos políticos adversos a la 4T, sino también de los alcaldes municipales.
Sin duda, la embestida de la derecha y la izquierda podría tener un resultado
adverso. De poner a los desaparecidos y los colectivos buscadores en los
medios, también podrían hacerlos caer. La agenda de la derecha es conocida. Sus
cabezas visibles y sus organizaciones de la llamada sociedad civil, son muy
claras: derrocar a la 4T y recuperar el poder para continuar el saqueo, la
corrupción y la entrega del país a Estados Unidos, sobre todo a las mineras y
transnacionales.
En cambio, la izquierda buenaondita, con la que ahora convergió el CNI,
el EZLN y artistas para defender a las madres y padres buscadores de una supuesta
campaña de desprestigio, la muestra los resultados adversos de la propaganda
derechista y la izquierda buenanondita. Sectores de la izquierda mexicana
asumieron la idea de la derecha sobre un hipotético “campo de exterminio” en el
rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, pero a la fecha no se ha podido
demostrar lo que aparentemente encontró el colectivo Guerreros Buscadores de
Jalisco: hornos para incinerar personas. Que hayan encontrado cientos de
zapatos, mochilas, ropa, no prueban que en el sitio se haya “exterminado” a
jóvenes secuestrados y reclutados. No hay duda sobre lo que planteó el colectivo
sobre un lugar en realidad asegurado hace 6 meses, por lo que no fue “encontrado”
recientemente, sino quizás forme parte de algunas agendas políticas nada
claras. Banalizar la desaparición no ayuda a resolver un grave y doloroso
problema que el PRIAN heredó.
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