Acorde con la GAO (Oficina de Rendición de Cuentas/Government
Accountability Office), la Iniciativa Mérida que el asesino Felipe Calderón
firmó con el gobierno estadounidense, que en realidad financió la
esquizofrénica guerra promovida por el espurio expresidente y su narco
favorito, Genaro García Luna, fue un fracaso. 3.3 mil millones de dólares no
tuvieron efectos favorables, tanto para reducir el narcotráfico en México como
para que las adicciones en Estados Unidos descendieran. Al contrario, los
carteles de las drogas crecieron en letalidad y trasiego de estupefacientes,
como en el país del norte, los adictos y muertes, aumentaron.
Con atraso, y sin plantear las irregularidades, imposiciones e
implicaciones letales, particularmente en México, la GAO reconoce que la guerra
del narcogobierno de Felipe Calderón, fue un sonado fracaso. Lo que no evalúa
la GAO, es que la guerra fue usada en contra de la población mexicana, con el
fin de obtener cierta legitimidad, porque Calderón fue un espurio, producto de
un gigantesco fraude electoral. Asimismo, la GAO señala que los miles de
millones de dólares invertidos, no tuvieron un gran efecto en el tráfico de
estupefacientes hacia Estados Unidos, y tampoco en cuanto al consumo, porque éste
aumentó. Incluso, es probable que la oferta haya crecido, además de la
población adicta. Es importante precisar que las adicciones a los opiáceos, por
ejemplo, las catapultaron las propias compañías privadas de ese país.
En México, la guerra contra el narco, aunque no tuvo un impacto similar
en las adicciones y el aumento de adictos, los resultados en el combate al
narcotráfico implicaron ejecuciones masivas, desapariciones forzadas,
desplazamientos, feminicidios, ejecuciones por doquier y un ambiente de miedo
generalizado. Igualmente, las fuerzas armadas y la policía federal tenían permiso
para matar y desaparecer, convirtiendo al país en una enorme fosa clandestina. La
actual crisis humanitaria de los desaparecidos en el país, tiene sus orígenes en
la fracasada guerra que reporta la GAO. El cambio esencial en esta situación es
que a las fuerzas armadas y la Guardia Nacional, se les prohibieron reprimir, masacrar,
desaparecer personas, mientras la desaparición forzada se convirtió, a la
fecha, en una actividad mortal de la delincuencia organizada.
La Iniciativa Mérida fue una estrategia de guerra de baja intensidad de
Estados Unidos, en la que algunos gobiernos latinoamericanos, como en el caso
de México y Centroamérica, participaron con entusiasmo tanto por los millones
de dólares que el gobierno estadounidense les otorgó, como entrenamiento, armas
y vehículos para combatir al narcotráfico. La GAO no informa sobre este perverso
objetivo, el cual implicó arrasar con personas y poblaciones, muchas sin
relación alguna con la delincuencia organizada. Felipe Calderón, un asesino
nato, aunque nunca obtuvo la legitimidad que buscaba, criminalizó y despreció a
las personas asesinadas y ejecutadas, llamándolas “daños colaterales”. Los crímenes
de lesa humanidad que cometió siguen pendientes de aclaración y juicio.
El espurio expresidente Felipe Calderón, se ganó a pulso el repudio de
millones de mexicanos, porque nunca cumplió sus promesas de empleo y de una
vida digna. Al contrario, se convirtió en la cabeza de una guerra mandata por Estados
Unidos, sin importar el daño que hizo a los mexicanos. La GAO tampoco reporta que
Genaro García Luna, asesino y narco, hoy preso en Estados Unidos, usó la
esquizofrénica guerra contra el narco para proteger a un grupo delincuencial y ejecutar
a los rivales. Estrategia que igualmente fracasó. Al final del sexenio del
espurio Calderón y del corrupto Enrique Peña Nieto, un grupo de delincuentes
asentado en Jalisco, había crecido en poderío, letalidad y capacidad de fuego. Asimismo,
la GAO tampoco informa que, en México, la guerra contra el narco que financió
Estados Unidos, tuvo otras implicaciones: la fragmentación de los grupos delictivos,
consolidación de otros a nivel local y expansión del grupo dominante.
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