Los primeros sexenios de la noche oscura neoliberal, fueron turbulentos.
Entre lo que Miguel de la Madrid llamó la reestructuración productiva, desquiciante
devaluación, desempleo, se fraguó el monstruoso fraude contra Cuauhtémoc
Cárdenas, para encumbrar al espurio Carlos Salinas de Gortari, cuyas políticas
económicas implicaron nuevas devaluaciones, el asesinato del candidato del PRI,
Luis Donaldo Colosio, asesinatos de opositores, venta de garaje de empresas
públicas para favorecer a amigos empresarios, el levantamiento del EZLN, el
gobierno de Ernesto Zedillo, no hizo nada diferente. Crisis de 1994 –el famoso
error de diciembre-, conversión de la deuda privada, con numerosos actos de
corrupción, para crear al FOBAPROA-IPAB que favoreció a una elite corrupta,
masacres –Acteal, Aguas Blancas, asesinato de unos 400 opositores, ruptura del
estado de derecho al disolver a la SCJN, para crear una instancia a modo, etc.
Que hoy reaparezca Zedillo, el asesino y corrupto, como vocero de la
derecha, cuya credibilidad está por los suelos, no restaurará la opinión y el
voto perdido por la derecha. El expresidente habla en Nexos y Letras Libres,
con los fatuos e ignorantes intelectuales de la derecha, Héctor Aguilar Camín y
Enrique Krauze, del supuesto autoritarismo al que está llevando al país, pero
nada dice del desastre que fue su gobierno. Al responder a los cuestionamientos
de la presidenta de México, hechos públicamente en la conferencia del pueblo,
enfila su embate en contra del expresidente AMLO. Entre otras mentiras, dice
que AMLO “destruyó” un aeropuerto de “clase mundial. Pero la lista de supuestos
que deberían auditar del gobierno de AMLO, solo hablan de un personaje, cuyas
fuentes principales para escribir su “ensayo”, que le mereció la portada de
Letras Libres y el elogio de Enrique Krauze, son columnas de opinión de la
derecha incrustada en los medios corporativos.
Hace 25 años, después de entregar la presidencia de México al PAN y a un
gerente de una compañía refresquera, personaje que estaba en la quiebra, pero
que al finalizar su sexenio era millonario, la comentocracia derechista y los
intelectuales al servicio del PRIAN, destacadamente los dueños de las revistas
Nexos y Vuelta-Letras Libres, que igualmente hicieron exitosos y millonarios
negocios con los gobiernos del PRIAN, comenzaron a construir el mito del
demócrata Zedillo. No mencionan el fraude llamado FOBAPROA-IPAB, menos las
masacres, el asesinato de cientos de opositores, ligados particularmente al PRD,
y otros abusos y corruptelas del mito Zedillo. Haber entregado al PAN la
presidencia de la República, como exigencia del gobierno de Estados Unidos, no
lo hace un demócrata.
Los transitólogos de la época, quienes construyeron una narrativa
enclenque sobre Zedillo el demócrata, celebrando el triunfo del corrupto e
ignorante Vicente Fox, como si el personaje realmente hubiese inaugurado un
proceso novedoso para consolidar la democracia en el país. Pero nunca fue así.
El PAN y Vicente Fox, se entregaron a las corruptelas de siempre, se
mimetizaron con el PRI y sus saqueos. No hay ni una sola evidencia del tránsito
a la democracia, aunque la comentocracia, la intelectualidad y los académicos
de la época, haya escrito sesudos volúmenes en los que retorcieron la instauración
del PAN en el poder, ocultando la retorcida interacción entre este partido y el
PRI. Ese primer sexenio del PAN consiguió prácticamente la fusión de las
derechas mexicanas. Lo que vimos en las recientes elecciones, fue la
consolidación de la derecha mexicana decadente que hoy acude a un decrépito
Zedillo, intelectual y moralmente sin ninguna autoridad.
Enrique Krauze podrá celebrar en su revista el artículo de Ernesto Zedillo,
cuyas principales fuentes son columnas de opinión de la derecha golpista, pero
la realidad indica que Zedillo, ni es el demócrata que celebraron hace 25 años
y nada tiene que decirles a los mexicanos. Penoso.
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