A contentillo de la izquierda buenaondita y algunos colectivos de
buscadores de desaparecidos, la ONU declaró que en el país la desaparición
forzada es una práctica del Estado mexicano. Mientras en Palestina, a ojos de
todo el mundo masacran y aniquilan al pueblo palestino, en México la izquierda
buenanodita y la ONU se jactan de haber pillado al Estado mexicano
desapareciendo personas, cuando es totalmente falso. En los últimos años, el
Estado mexicano no ha intervenido en la desaparición de personas, tampoco se le
puede achacar, por excesos leguleyos de la ONU, que “consienta” la práctica que
es parte de una delincuencia organizada que deshumaniza cotidianamente. La ONU,
miente deliberadamente a contentillo de la izquierda buenaondita y algunos
colectivos de buscadores de desaparecidos.
No se trata de revictimizar a las víctimas, pero si llamar la atención
de un proceso en el que actualmente el Estado mexicano no interviene. Ojalá la
izquierda buenaondita sea capaz de discernir la diferencia entre delincuencia
organizada y las acciones del Estado mexicano. Si bien, los desaparecidos son
un asunto pendiente y urgente, no hay indicios de que el gobierno mexicano
federal esté involucrado en los miles de desapariciones del último sexenio. Es hasta
inmoral y antiético, por parte de la ONU, hacer tales señalamientos, mientras
Estados Unidos socava la arquitectura institucional mundial y alienta el
genocidio en Gaza. Miente la ONU. Lo que no es extraño. Ya en otras ocasiones
lo ha hecho.
Según datos todavía no confirmados, en México hay 120 mil desaparecidos.
Efectivamente, durante los gobiernos del PRIAN la cifra aumentó. Las guerras
sucias del PRI y la guerra esquizofrénica de Felipe Calderón del PAN, son los
protagonistas principales de las desapariciones forzadas en México. Pero a
partir de 2018, aunque siguió creciendo el número de desaparecidos, ni la ONU ni
la izquierda buenaondita ni los colectivos de buscadores, le pueden achacar al
Estado mexicano esas desapariciones. Asimismo, hay que analizar, como parte de
esta antiética andanada en contra de la presidenta Claudia Sheinbaum, el papel del
Poder Judicial, el cual ha amparado y liberado a delincuentes de todo tipo, con
la finalidad de socavar el poder del Estado.
La acusación de la ONU, no solo es excesiva, sino parte de la andanada
de la derecha que busca derrocar al gobierno legítimo de la 4T. La ONU perdió
hace años su carácter moral y ético, al no condenar las guerras de Estados Unidos
en cualquier parte del mundo. Asimismo, su condena en contra del Estado
mexicano es una jugarreta de la derecha, en la que organizaciones de la
sociedad civil de la derecha se montan fácilmente. Es realmente perverso que la
ONU no haya consultado con el gobierno mexicano sus antiéticas declaraciones y
acusaciones, haciendo únicamente caso de las organizaciones de la sociedad
civil que se derechizan fácilmente. Incluso, esas OSC que se asumen como
progresistas y a favor de los derechos humanos, oscilan siempre entre la
izquierda buenaondita y la derecha recalcitrante.
El gobierno mexicano ha reaccionado diplomáticamente ante las obtusas
declaraciones de la ONU y sus anquilosadas y multimillonarias burocracias que
no tienen información –ni les importa- actualizada sobre los problemas que
afectan a sus países miembros. Las burocracias doradas de la ONU no tienen la
menor idea de la desaparición forzada en México, aunque las OSC mexicanas les
provean “información” ideologizada y politizada, cuya finalidad es golpear al
gobierno mexicano, no presentar un balance real de lo que pasa en el país. La
izquierda buenaondita y sus OSC tendrían que analizar, no solo su papel en las
problemáticas que atraviesan a México, sino también en su ética y moralidad
cuando presionan a las burocracias doradas de la ONU para acusar y condenar a
México. Es urgente que las burocracias de las OSC y la ONU revisen sus parámetros
ideológicos y políticos. Basta de las burocracias doradas financiadas por el
extranjero.
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