Desde su arribo a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha
estado presionando a México. Cada semana, crecen las amenazas de diversas
maneras. Aunque fue durante el gobierno de AMLO, el secuestro del Mayo Zambada
ha definido mucho la política intervencionista Trumpista, al declarar a los
carteles del narcotráfico, como organizaciones terroristas, estrategia que
contradice las últimas acciones de la administración Trump al negociar con los
terroristas, a cambio de información, buena parte de ella falsa. Es larga la
lista de otros amagos: aranceles, jitomate, gusano barrenador, retiro de la
visa a la gobernadora de Baja California, intento por enviar militares a
territorio mexicano con el supuesto de combatir a los narcos, nuevo impuesto a
las remesas y una estrategia mediática en la que lisonjea a la presidenta de
México, pero manipula las conversaciones telefónicas que ha tenido con Claudia
Sheinbaum.
El último intento desestabilizador, en línea con el manual de la guerra
blanda para derrocar a gobiernos progresistas, es un bodrio del periodista del
imperio, Tim Golden, en la plataforma derechista y golpista ProPublica. En el
artículo, seguro bien pagado con dólares de la DEA y el Departamento de Estado,
se menciona una supuesta lista de supuestos funcionarios mexicanos a quienes se
les podría retirar la visa. El único caso, producto de una abusiva medida del
gobierno de Estados Unidos, es de la gobernadora de Baja California. Lo demás,
es una lista que Marco Rubio, el secretario de Estado, mencionó, pero sin dar
detalles, menos esclarecer las fuentes usadas para integrar la supuesta lista. La
publicación coincidió con el arribo del golpista embajador Ronald Johnson, quien
al llegar fue a una oscura reunión con “su hermano”, el ultraderechista
catoliquero, actor de 5ª, Eduardo Verástegui.
Asimismo, es de lamentarse la actitud de la imbécil oposición derechista
de México, la que usa la supuesta lista para, con bots millonarios, golpear en
redes sociales a la 4T y la presidenta de México. Y la tragedia del buque Cuauhtémoc
en Nueva York, ha concitado, por esa derecha carroñera, una nueva andanada. Irrespetuosa
como es, a la derecha no le importa la muerte de una cadete y un marino, sino
el uso político y carroñero del hecho. Y como es costumbre ya, la comentocracia
carroñera es hoy “experta” en cuestiones navales, exigiendo información y que
no se “oculte” nada, cuando la autoridad portuaria de Estados Unidos, con el
apoyo de la SEMAR, bajo cuyo resguardo está el buque y su tripulación, es la
encargada de hacer la investigación, porque el accidente sucedió en territorio
de ese país.
La presión imperial arrecia, con el apoyo de una derecha obtusa e
imbécil, antipatriota, golpista. Una situación en la que los medios corporativos
mexicanos, la comentocracia carroñera, los partidos derechistas y los conocidos
golpistas y mentirosos en redes sociales y plataformas de la derecha,
entusiastamente participan. La estrategia propagandística de Donald Trump, no
logra quebrar al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien, no solo
cuenta con el apoyo de 80% de los mexicanos, sino también con entereza y ética
política, una fundamental diferencia con Trump y su gobierno de halcones. Varios
de los integrantes del gabinete Trumpista son criminales de todo tipo, incluido
Donald Trump. Muchos estadounidenses tienen una particular aversión a las
situaciones sexuales, pero no hacía delitos que tengan que ver con dinero,
abusos, lavado de dinero, adicciones, uso del gobierno para enriquecerse,
participación en asesinatos, tanto en su propio país como en el extranjero. Así
se ha construido el imperio.
No hay duda que, en México, la derecha y la ultraderecha confían y
participan sin pudor de los embates imperialistas. Suponen que apoyando la
presión imperial van a regresar al poder con sus corruptelas, complicidades,
abusos e impunidad, porque la derecha mexicana no tiene proyecto alternativo. Añora,
como la intelectualidad orgánica derechista, los apapachos gubernamentales.
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