viernes, 6 de junio de 2025

CNTE: democracia, derechización y patriarcado

 

La CNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, surge en 1979 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, como alternativa democrática al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, organización oficialista, uno de los sindicatos más grandes de América Latina, por el número de afiliados, pero distinguible por los nexos corruptos de sus dirigentes con el PRIAN. La CNTE ha sido objetivo de los embates de los gobiernos del PRIAN y la derecha. Durante los gobiernos neoliberales la represión fue contundente. A partir de 2018, con el triunfo de AMLO, el gobierno de la 4T comenzó a reconstruir sus vínculos con la CNTE. En términos salariales, los aumentos han sido importantes, además de reconsiderar, parcialmente, las leyes que el neoliberalismo, incluida la represión, impuso.

Sin duda, las demandas actuales de la CNTE son legítimas, su intención de doblegar a la presidenta Claudia Sheinbaum, con una actitud misógina y patriarcal, violenta en algunos casos, depredadora de la vida ciudadana al cerrar vías públicas e invadir el AICM, se sale de toda proporción. Hace años, este escribano, ya sea impartiendo clases o haciendo investigación sobre los procesos migratorios a Estados Unidos, encontró que la democracia que tanto pregonan, es parcial cuando en lo individual y familiar el patriarcado domina sus conductas. A pesar de los 46 años de esta organización, además de haber refinado sus formas de organización, demandas y prácticas políticas públicas, a nivel individual y familiar prevalece la antidemocracia.

Para la izquierda buenaondita, la violenta misógina e institucional de la CNTE es justificable, porque sus añejas demandas no han sido cumplidas. Por ejemplo, no ponen en perspectiva que revertir las leyes neoliberales en su totalidad, implicaría la quiebra del Estado y sus finanzas. Es decir, permitir que una pandilla de violentos y misóginos, doblegue al gobierno y a la presidenta de México, arrastraría al país y a millones de ciudadanos que no respaldan a la CNTE, a la peor precariedad. La izquierda buenaondita, bien representada por Julio Astillero, viven de sus tiempos estalinistas y de viejos y anquilosados esquemas para analizar y entender la realidad. La izquierda buenaondita habita en un México en el que movimientos violentos como al CNTE deberían gobernar.

Muchos movimientos sociales, legítimos en sus demandas e inicios históricos, se han quedado pasmados ante el triunfo de la izquierda electoral, y sobreviven anclados en sus anquilosados esquemas ideológicos estalinistas, maoístas, polpotianos; otros, como el EZLN, han avanzado, creando su mundito ideal, celebrado por la Europa capitalista y sectores antigubernamentales que gozan de ese mundito; la izquierda académica, sigue aferrada a sus viejos paradigmas, aunque exhiba tendencias que pueden llevarla a la derechización, y la izquierda buenaondita, opinadora, youtubera periodística –Julio Astillero, entre los mayores especuladores de izquierda- que resume posturas ideológicas entre el estalinismo y el activismo. La historia de la CNTE, que ha sobrevivido a la represión, asesinato, desapariciones de algunos de sus miembros, no ha cambiado mucho.

La CNTE, no solo usa estrategias violentas para intentar que sus demandas sean acatadas, no negociadas. La CNTE no busca negociar, sino imponer sus condiciones desde una posición de poder misógina y patriarcal. Es una mujer, es fácil de doblegar, según la derechizada visión patriarcal de la CNTE. Según declaraciones de algunos de sus líderes, si violentan es porque no les han resuelto sus añejas demandas. Habría que ver si durante los gobiernos neoliberales del PRIAN asumieron estas posturas derechizadas, pero no lo hicieron porque temían a la represión, mientras la presidenta de México, además de rechazar la provocación, asegura que no los van a reprimir. Una mujer que enfrenta la agresión machista, misógina de la CNTE.

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