lunes, 14 de julio de 2025

De narco a terrorista a colaborador

 

El “gran país” que se erige en censor, clasificador, etc., selló un acuerdo con uno de los chapitos que fue atrapado y entregado por México a Estados Unidos, quien pasó, ante la “justicia” estadounidense, de narco a terrorista y a colaborador. Hasta el abogado del narco terrorista Ovidio Guzmán, alias “El ratón”, se atrevió a lanzar sus bajezas contra México y el gobierno mexicano, suponiendo que el narco terrorista, al declararse culpable, entregar la bicoca de 80 millones de dólares, evitar la pena de muerte y convertirse en “colaborador”, se purificó. Ya no es uno de los narcoterroristas más buscados; es un ciudadano que, al cogerse a las leyes del país del norte, cambia su estatus: adalid de la democracia más mentirosa, invasora e irrespetuosa del mundo. Otro abogadete, de otro narco, jugando a las mentiras contra un gobierno democrático.

Recordemos que durante el juicio del narco Genaro García Luna, su abogado preguntó a uno de los testigos, buscando dar nota mediática, si en 2006 había financiado la campaña de AMLO, a lo que el testigo respondió, palabras más o menos, así: eso lo dice usted, pero no es verdad. A la fecha, ni Anabel Hernández, Simón Levy y toda la caterva de derechistas youtuberos, financiados por el empresariado mexicano y los gobiernos estatales que le quedan al PRIAN, la derecha partidista y la comentocracia golpista de los medios corporativos, no han aportado ninguna prueba en contra de AMLO, la presidenta de México, la 4T y Morena. Porque los gritos y sombrerazos en plataformas, Youtube, X, prensa golpista, televisoras privadas, no son pruebas. Son los deseos perversos de la derecha mexicana por regresar a sus años dorados de saqueo y corrupción.

El gobierno Trumpista, por medio de distintas instancias –Departamento de Justicia, Fiscalía, etc.- ha emprendido una campaña, no porque tenga pruebas contra AMLO, Claudia Sheinbaum, la 4T, Morena, sino porque es un gobierno progresista que no cuadra con el fascismo Trumpista. El imperio anhela los tiempos de sumisión de los gobiernos mexicanos del PRIAN, en los que las agencias de espionaje e inteligencia de Estados Unidos, tenían las puertas abiertas para realizar actividades ilícitas. Asimismo, los gobiernos del PRIAN aceptaban cualquier “programa” o acciones intervencionistas, que socavaban la soberanía nacional. La “idea” del patio trasero de ese país, tuvo un gran sentido con los gobiernos del PRIAN. En aras de mantener una “buena” relación, el PRIAN aplaudía y aceptaba la intervención imperial. Además de aceptar dinero y repartírselo entre esos partidos políticos.

Que Ovidio Guzmán sea ahora un celebrado colaborador, quien con su abogado está intentando construir una narrativa sobre el supuesto, muy aplaudido en México, de vínculos con el narco, no lo libra de ser líder de un grupo delictivo, que fue entregado a Estados Unidos por haber sido acusado por delitos graves en ese país. El abogado del “Ratón”, se ha distinguido por defender criminales y delincuentes durante toda su carrera legal. Sus gritos buscan crear un ambiente mediático, tanto en Estados Unidos como en México, sin pruebas, nada más con los dichos de un abogado defensor de narcos, para inducir un linchamiento en contra de la presidenta de México. Es obvio que la derecha mexicana va a retomar la diatriba, hasta purificar a Ovidio Guzmán, vía las bajezas de un abogado que consiguió que el gobierno de Estados Unidos firmara un acuerdo con un narcoterrorista. El “Ratón” es un delincuente, muy cercano a su abogado.

El “Ratón” no solo evitó la pena de muerte, por los delitos de que lo acusa el gobierno estadounidense, también se supone que podría “revelar” grandes historias de vínculos entre el gobierno mexicano y el narco. Efectivamente, si Ovidio Guzmán habla será para documentar la relación que tuvo su grupo de delincuentes con el PRIAN. Lo peor es que podría hundir aún más a Genaro García Luna, hoy preso por narco en Estados Unidos, y dar indicios de cómo Felipe Calderón le prodigó a su cartel la protección que lo hizo poderoso.

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