miércoles, 20 de agosto de 2025

Los medios públicos, entre narrativas personales y grupos anti 4T

 

Durante el sexenio de AMLO, las conferencias mañaneras del expresidente, se impusieron como la única vía para comunicar las políticas y acciones gubernamentales, además de posicionar a AMLO como el transformador de la política, la sociedad y la economía del país. Los 13.4 millones de mexicanos que salieron de la pobreza entre 2018 y 2024, son una prueba de cómo cambió la relación entre el presidente, la presidencia de la República, los actos y políticas de gobierno, y la población mexicana, particularmente aquellos en situación de vulnerabilidad. La presidenta de México, está siguiendo esa misma vía para comunicarse con los mexicanos. Quizás el 80% de aprobación que hasta ahora tiene, según diversas encuestas, sea parte del impacto de la Conferencia del Pueblo.

Sin embargo, es probable que, como en el caso de AMLO, la presidenta de México se quede sola, sin una política de comunicación social que vaya más allá de la Conferencia del Pueblo. Quizás es decisión de Claudia Sheinbaum hacer de sus conferencias mañaneras la principal vía de interacción con los mexicanos, pero el caso de los medios públicos es realmente importante. Los canales 11, 22 y 14, que son parte del Sistema Público de Radiodifusión (SPR), y el canal 21, del gobierno de la CDMX, están siendo operados por personas y grupos, cuya perspectiva es hasta anti 4T y anti Claudia Sheinbaum, además de que los golpes y ataques de la derecha, la ultraderecha, los medios corporativos, las redes sociales, no parecen merecer un espacio para contrarrestarlos. La presidenta de México es la única que sale a negar, aclarar y matizar tanto golpeteo.

Los medios públicos han estado redefiniendo su programación. Por ejemplo, programas de opinión como Masiosare, espacios dedicados a los migrantes mexicanos, entre otros en el canal Once, son muy interesantes, pero sus integrantes están más allá de sostener una postura a favor del cambio. En los últimos episodios de Masiosare, algunos han comenzado a abordar en directo, temas de particular importancia –los 13.4 millones que salieron de la pobreza, los ataques de Trump, etc.- desdeñados por los medios corporativos, aunque el tema histórico abordado los viernes, es buen ejemplo del papel de una historiadora menor de la UNAM en contra de Lorenzo Meyer.

El caso del canal 21 del gobierno de la CDMX, es preocupante, porque su actual director lo ha entregado a un grupo de feministas anti 4T, anti obradoristas y anti Claudia Sheinabum. Algunas de estas mujeres, colaboran con Julio Astillero, el periodista buenaondita de La Jornada, quien un día sí y otro también, golpea con sus especulaciones a Morena, la 4T y el obradorismo. Por ejemplo, ha dedicado un par de programas youtuberos a elevar el chisme sobre la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller a gran nota periodística. La esposa de AMLO está siendo golpeada, política y mediáticamente por la derecha española y mexicana, pero ni la derecha ni la izquierda buenaondita mexicanas asumen el hecho de que la señora Gutiérrez Müller jamás ha sido funcionaria pública y, en su momento, rechazó acompañar a AMLO como “primera dama”. Es una académica y escritora, una ciudadana.

Las feministas por supuesto que deben tener un espacio en los medios públicos, pero sus narrativas anti 4T, anti AMLO, anti Morena, anti obradorista, anti Claudia Sheinbaum, no favorecen a un medio público, cuya programación ha ido en detrimento, perdiendo audiencias, además de prevalecer los dictados autoritarios de un grupo antigubernamental. La crítica hacia las políticas gubernamentales, la 4T, Morena y el obradorismo se tienen que hacer, pero en su narrativa hay un dejo de “sino es como yo lo digo” o “como yo digo que lo debería hacer”, no hay más. Es finalmente, una narrativa toxica, alentada por una corriente de la izquierda buenaondita que guarda, al parecer, buenos recuerdos del estalinismo y el infantilismo de izquierda. Los medios públicos parecen estar a la deriva. Regresaremos con otra reflexión.

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