En los hechos, la SCJN no solo amparó el supuesto “honor” y los
“derechos humanos” de Lorenzo Córdova, sino sentó un precedente peligroso y
autoritario: legalizar el racismo y el clasismo. La resolución del ministro
Javier Laynez Potisek que concedió el citado amparo, es una respuesta de clase
de un funcionario público al que no le avergonzó manipular la ley para amparar
a un racista y clasista. La segunda sala de la SCJN, por tres votos a favor y
dos en contra, intenta sembrar un criterio que cualquier racista y clasista
podría usar para ampararse, si creyera que por sus dichos racistas y clasistas
supusiera que su “honor” y sus “derechos humanos” están siendo vulnerados por
alguna autoridad. No importa si se insulta y desprecia a grupos vulnerables,
como los pueblos originarios, los privilegios de clase cuentan por encima de
los derechos de cualquier grupo marginado, vulnerable. Se trata de normalizar
el desprecio racista y clasista.
Se puede argumentar que el comentario extralimita el amparo que se le
concedió a Lorenzo Córdova, pero es preocupante que la máxima autoridad
judicial se incline por un personaje racista y clasista, quien no tuvo tapujos
en su llamada telefónica, la que dice fue “privada” y por lo que presentó una
denuncia en la FGR, aunque son dos funcionarios públicos los que participan de
esa conversación, en la que Córdova se explaya insultando y dejando claro su
talante racista y clasista en contra de un representante de un pueblo
originario. Para este personaje, los pueblos indígenas no importan. Es lo que
el amparo le concedió a Córdova: por el “honor” de un exfuncionario público, la
SCJN siembra un criterio autoritario por medio del cual se protege a un
individuo privilegiado, integrante de una clase social privilegiada, y se
vulneran los derechos de los pueblos originarios, los que no tienen nada que
alegar ante un blanco perteneciente a las elites.
El ministro Laynez Potisek, propuesto por Enrique Peña Nieto, no solo
consideró que era correcto amparar a un racista y clasista, sino que no lo
importó las implicaciones del amparo que concedió. Otra arista del amparo
concedido, es la orden de no distribuir y retirar los libros impresos, lo que
en un momento dado hasta podría llegar al fascismo de destruirlos solo para
negar la historia y ocultar el hecho de una conducta racista y clasista a la
que se pretende proteger. El ministro que despotrica en contra de la reforma
judicial, como recientemente lo volvió a hacer, a unas semanas de que deje el
poder que le confirió un presidente corrupto y saqueador, se va sin gloria,
pero sí con mucha pena. Su cierre como funcionario público no enaltece el
trabajo de la SCJN. Al contrario, muestra bien el talante de la mayoría de sus
miembros, todos cercanos a Norma Piña. El manejo discrecional e interesado de
las leyes y la institución que se supone garante de la justicia en el país es
una vergüenza.
Otorgar el citado amparo a Lorenzo Córdova, es un quiebre adicional que
da la patada final a la actual SCJN, propinada por sus integrantes más
conservadores, quienes deben su puesto y privilegios a los gobiernos del PRIAN.
No me cabe ninguna duda que el amparo es un acto autoritario, fascistoide, que,
más allá de sus ditirambos jurídicos para “salvaguardar la honorabilidad” de
Córdova, de seguir en funciones esta SCJN, podría dar pie a aceptar nuevas
solicitudes que finalmente convertirían el racismo y el clasismo en “normales”,
sobre todo en una sociedad en la que el racismo y clasismo soterrado
prevalecen. Por fortuna, el ministro Laynez Potisek se va en unas semanas, a
menos que pretenda erigirse en el salvador inescrupuloso de su SCJN. Sus declaraciones,
despotricando en contra del proceso electoral que dio paso a lo que podría ser
una nueva SCJN, son ominosas. Son las de un funcionario público que está
perdiendo un sitio en el que seguro se ha hecho millonario con tantos
privilegios, pero también un cargo que manejó a favor de los poderes fácticos y
personajes como Lorenzo Córdova. El amparo, no solo protege a un racista y
clasista, sino también es una vía para normalizar racismo y clasismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario