jueves, 7 de agosto de 2025

Cuauhtémoc Cárdenas y Lorenzo Córdova

 

Muchos podrán pensar que ambos personajes son antípodas, pero se acercan en cuanto a ciertas posturas. El racismo y clasismo de Lorenzo Córdova, nada tienen que ver con las acusaciones y mentiras de Cuauhtémoc Cárdenas en contra de la 4T. En una reciente entrevista, el Ing. Cárdenas arremete, ahora en contra de la presidenta de México, como antes lo hizo contra el expresidente AMLO, alegando que no hay “proyecto de nación” y no “hay dinero”. La misma cantaleta del exlíder moral de la llamada corriente democrática del PRI y algunos sectores de la izquierda mexicana que, en las dos últimas décadas del siglo XX, lo ungieron para encabezar un amplio movimiento para convertirlo en candidato a la presidencia. Cárdenas nunca dejó de ser un sempiterno conservador, además que en las últimas décadas sale a declarar sus frustraciones porque nunca fue, ni será, presidente de México.

En Sin Censura, el gran periodista de investigación, Francisco Cruz, contó la siguiente anécdota: Amalia Solórzano, viuda del Gral. Lázaro Cárdenas del Río, fue cuestionada si veía en su hijo Cuauhtémoc Cárdenas a un héroe, pero responde que héroe solo hay uno. El Tata Lázaro. La anécdota es impactante. Este escribano nunca vio en Cuauhtémoc Cárdenas al gran líder, aunque votó por él cuando fue candidato presidencial. Su comportamiento posterior, sobre todo cuando comenzó a golpear a AMLO y la 4T, como lo hizo en los últimos años de su vida Porfirio Muñoz Ledo, demostraron, no solo frustración, sino traición, tanto al fundador real de un movimiento social que finalmente conquistó el poder por la vía electoral, y puso las bases de la transformación a la que ha dado continuidad la presidenta de México, como al pueblo mexicano.

La izquierda jamás tocó las puertas de algunos de los líderes de la llamada corriente democrática del PRI. A excepción de Ifigenia Martínez, quien se distinguió de Cárdenas y Muñoz Ledo. En este contexto, el expresidente consejero del INE, fue protegido por la SCJN para que se retire un párrafo de los libros de texto de la educación pública en el que se da cuenta de su postura racista y clasista. Lorenzo Córdova supone que el fallo de la SCJN le restauró un supuesto “liderazgo moral” que jamás ha tenido. La sentencia de la SCJN es contradictoria, porque no discute la conducta de Córdova en contra de los pueblos originarios. Es decir, legaliza de algún modo el racismo y el clasismo, porque no se trata nada más de un personaje, sino de un grupúsculo de derechistas que ven en Córdova a un líder.

Con todo, Lorenzo Córdova no tiene el liderazgo político que la derecha le atribuye. Es un gris personaje mediático, cómplice de fraudes electorales y racista consumado. Pensar en su padre, el gran ideólogo de izquierda, Arnaldo Córdova, es hasta ocioso. Formado en ambientes donde los privilegios abundaban, al llegar al INE, antes IFE, fue arropado por la derecha partidista con la finalidad de hacer del árbitro electoral un poder fáctico en contra de la democracia en México. Sus burlas e insultos al representante de los pueblos originarios de Guanajuato, de los que nunca se ha disculpado, son parte de la historia racista y clasista de nuestro país. Aunque la SCJN lo haya amparado, es necesario e importante que lo recordemos diariamente: Lorenzo Córdova Vianello es esencialmente un gran representante de la derecha y ultraderecha mexicana. No representa a la mayoría de los mexicanos, excepto a algunas elites políticas y económicas que esperan recuperar el poder para que sus privilegios prevalezcan.

Cuauhtémoc Cárdenas y Lorenzo Córdova, son sin duda antípodas, pero como se señala, los extremos se tocan. Los reclamos conservadores de Cárdenas, antes a AMLO, ahora a la presidenta de México, son esencia de la hipocresía de la derecha; ni líder moral ni líder de izquierda. Un derechista más. Córdova resume lo que las elites políticas y económicas sueñan de México: un país blanco, con privilegios para unos pocos, semejante y sometido a Estados Unidos.

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