El Poder Judicial en México está podrido. Pero desde su pudrición,
pretende seguir imponiendo sus evidentes corruptelas. A muchos dejó perplejos
la pretensión de un juez de distrito –Rodrigo de la Peza- de imponer una
sentencia totalmente irregular, abusiva y violatoria de la Constitución, al dar
curso a un amparo de un membrete disfrazado de “sociedad civil”, cuya intención
era afectar la calificación de la elección por diputaciones y senadurías. En este
juego corrupto, la derecha buscaba imponer, violación constitucional de por
medio, su “interpretación” sobre la supuesta sobrerrepresentación de
Morena-PT-PVEM en la Cámara de Diputados, donde acorde con la legislación
electoral y la Constitución, la coalición Sigamos haciendo historia, consiguió
la mayoría calificada para llevar a cabo las reformas, tanto del Poder
Judicial, como en otras materias.
Durante casi seis años, la intentona golpista de la derecha no ha
declinado, aunque ha sido fallida. Los medios corporativos y sus comentócratas,
las redes sociales con sus bots y trolls, los portales de Internet con noticias
tan burdas como falsas, el ataque continuo y sin argumentos en mesas de “análisis”
y narrativas columneras y editoriales, los intentos del Poder Judicial de
fincar responsabilidades inventadas al presidente de México, las mentirosas
acusaciones de la derecha partidista (PAN, PRI, PRD), incluyendo a algunos
sectores de la autollamada “izquierdad verdadera”, académicos e intelectuales
heridos por la falta de dinero públicos en sus cuentas empresariales y
personales, la diatriba de la excandidata derechista Xóchitl Gálvez durante la
precampaña y la campaña electoral, el embate soterrado –no siempre- de la
oligarquía y sectores empresariales derechistas y fascistas, son algunas de las
acciones emprendidas por la oposición.
Dictador, régimen dictatorial, el advenimiento del comunismo castro-chavista,
la conversión en Venezuela, la invasión de cubanos, venezolanos,
centroamericanos, las portadas de revistas y prensa de 5a con alusiones
nazifascistas, los hashtags narcopresidente y narcocandidata, la “deriva
autoritaria”, entre otras alusiones y narrativas anti AMLO y anti 4T, son solo
parte del panorama golpista que la derecha, mexicana e internacional, han
pergeñado en su intentona por derrocar a un gobierno que, en 2018, probó que
los progresistas pueden llegar al poder vía las reglas de la democracia burguesa.
El 2 de junio de 2024, el progresismo volvió a las urnas y refrendó, bajo la
normativa electoral vigente, su disposición a competir de nuevo en elecciones
abiertas y democráticas, sin las mañosas trampas de la derecha. Todo en buena
lid.
El hecho es que los resultados en las urnas, los cuales son un mandato
del pueblo mexicano, dejan en la indefensión a la derecha partidista, política,
empresarial y judicial. Los mexicanos votaron a favor de reformar la
Constitución para rehacer un Poder Judicial podrido, corrupto, saqueador y
privilegiado. Fideicomisos multimillonarios, privilegios cuasi virreinales,
sentencias a favor de delincuentes de cuello blanco y negro, mientras miles de
acusados –más de 70 mil- con procesos inventados, sin bases, están
encarcelados, sin sentencias que rondan los 15 a 20 años, corruptelas y saqueos,
son parte de la pudrición del Poder Judicial. No se trata de “violentar” la
autonomía de la SCJN y el Poder Judicial, sino de reformar para que los
mexicanos tengan justicia. De eso se trató la intentona golpista del juez de la
Peza: violentar la Constitución –como recurrentemente hace la SCJN y sus
jueces, ministros y magistrados- para imponer criterios que les favorezcan.
Acorde con avezados constitucionalistas, no aquellos que “interpretan” y
tuercen el mandado constitucional, un juez de distrito está legal y
constitucionalmente acotado para conceder amparos y ordenar, al TEPJF cualquier
tipo de procedimiento. Es ilegal, abusivo y violatorio de la Constitución. El escándalo
fue mayúsculo: otro tribunal desechó el amparo y el propio TEPJF, se negó a
acatar la orden. Finalmente, el juez de la Peza, negó en definitiva el amparo
que el mismo promovió. La derecha reculó ahora, pero faltan más intentonas. No hay
duda.
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