viernes, 24 de enero de 2025

Lamebotas y serviles

 

Ni en sus momentos de gloria, como cuando Miramón y compañía fueron a ofrecer el “trono” de México al fracasado archiduque de Austria –en la serie de Netflix, La emperatriz, que dibuja de manera poco ortodoxa la vida de la emperatriz Isabel de Austria-Hungría, el guionista presenta como pusilánime y frustrado, bueno para nada, a Maximiliano de Habsburgo- los conservadores mexicanos fueron tan lamebotas, serviles e ignorantes como actualmente, bien representados por el PAN y el PRI, que exigen en el Congreso de la Unión que la presidenta de México se humille ante el criminal presidente Donald Trump, mientras los gobernadores y gobernadoras de todos los partidos, agrupados en la CONAGO, respaldan la política exterior para hacer frente a Trump.

En la Cámara de Diputados, el PAN y el PRI, en voto predecible y bien conocido por los mexicanos que los repelen, sufragó en contra del acuerdo de Morena, PT, PVEM, incluido Movimiento Ciudadano, que respalda la política exterior de la presidenta Claudia Sheinbaum. En tanto, en el Senado de la República, la conocida senadora esquizofrénica del PAN, grita que Trump debe acabar con la 4T, solo porque esa derecha se sueña blanca y cristiana, impoluta, exhibiendo así su ignorancia recalcitrante. En redes sociales, los conocidos incendiarios en X, Facebook, Instagram, postean su odio, desprecio, racismo y clasismo consuetudinario.

Los frentes que la derecha abre diariamente, se queman sin tener una respuesta a su favor. En el Poder Judicial, a pesar de la resolución del TEPJF que ordenó reanudar los trabajos del comité de evaluación para elegir a las personas juzgadoras, al desacatarla arrincona a la propia SCJN y envía al precipicio al Poder Judicial. Qué penoso papel al que la derecha está empujando a Norma Piña y sus secuaces. Pero a la oligarquía, sus partidos políticos y políticos no les interesa el descrédito, pues sus argucias legaloides son totalmente irresponsables. En cuanto a la relación bilateral con Donald Trump, si bien sus dichos deben ser tomados con reservas, asombra a la propia derecha su postura en la conferencia de Davos, afirmando que los acuerdos con México van bien, mientras maltrata a Canadá y amenaza a los europeos con aranceles si no van a Estados Unidos a “producir”.

En ambos casos, son derrotas de la derecha mexicana. La pretensión del comité del Poder Judicial de meter a la SCJN en un asunto que no le compete, es parte de una estrategia que no ha funcionado. El presidente del Senado ha sido claro: si no acata la resolución del TEPJF, el Senado tiene atribuciones para salvaguardar los derechos de los inscritos para participar en la elección de las personas juzgadoras. Los gritos esquizofrénicos de los panistas Lilly Téllez y Ricardo Anaya, y Alito Moreno, presidente espurio del PRI, para que México se pliegue a las amenazas de Trump, essimple entreguismo y antipatriotismo. No se trata de defender el nacionalismo mexicano contra el nacionalismo estadounidense, sino de valorar y contextualizar el papel de México en todos los ámbitos. La coacción de Donald Trump nada tiene que ver con la lucha contra la droga. En Estados Unidos, las adicciones y los adictos no son tocados. Su libertad personal es ley.

Si bien, en México las adicciones han ido en aumento, sus implicaciones no son iguales a las del país del norte. En nuestro país en las últimas décadas varias de las drogas sintéticas tienen presencia importante en el mercado interno, pero el mercado más grande está en Estados Unidos. Factores como la individualización extrema, la disfuncionalidad familiar, la crisis de valores, atizada contradictoriamente por el protestantismo extremo, el intenso narcomenudeo, la promoción legal de las adicciones por las grandes farmacéuticas, entre otros, refuerzan la libre circulación de los opioides, particularmente el fentanilo. El mercado de las adicciones, mientras no sean atacados los carteles de la droga internos, el narcomenudeo y la crisis civilizatoria, con políticas públicas que tengan a las adicciones con problema de salud pública, seguirá creciendo y tomando tantas vidas. Entre 70 y 100 mil en 2023. Una crisis real de salud pública.

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