miércoles, 16 de abril de 2025

Sionistas y cristianos

 

No es intrascendente el cuestionamiento de los estudiantes de la UAEM, a la escritora Margo Glantz, durante una conferencia que impartió en esa universidad, quien es muy conocida por su clara islamofobia, además de omitir cualquier referencia al genocidio palestino. Los académicos de la UNAM que respaldaron a la también académica adscrita a esa casa de estudios -93 en total- señalaron que la interrupción fue un atentado en contra de la “libertad de expresión”, quienes nunca se han posicionado en torno a la limpieza étnica en Gaza por parte del Estado sionista de Israel.

La señora Glantz, siempre ha recurrido a la memoria como punta de lanza de su narrativa, poniendo a la shoa u holocausto judío como fundamental de recordar, pero en su mismo planteamiento pretende borrar la memoria de otros pueblos, como el palestino, quienes han estado desde hace miles de años en esa zona, pero los sionistas justifican su exterminio y expulsión de su tierra. Este escribano ha leído algo de la obra de Margo Glantz; incluso solía seguirla en X, pero insiste en una grosera postura antiPalestina. De un lado, usa la memoria para que se sepa y no se repita el exterminio de los judíos durante el régimen nazi, mientras del otro lado, olvida el genocidio palestino y la terrorífica historia de los sionistas masacrando al pueblo palestino.

El caso del diputado Hugo Eric Flores, del partido Morena, cristiano confeso que ha tomado la tribuna de la Cámara de Diputados para defender su fe evangélica, se declaró recientemente a favor del imperialismo, además de justificar el genocidio palestino. No solo falta a su deber como servidor público e integrante de Morena, un movimiento social de amplias dimensiones políticas e ideológicas, sino que vulnera la separación Estado-Iglesias en México. El diputado carece, moral y éticamente, de autoridad. Abusa de su postura y reproduce el acercamiento que ha habido entre un sector del protestantismo evangélico con el sionismo israelí, muy de moda durante la presidencia de George W. Bush y el ahora presidente Donald Trump.

Asimismo, en ambos casos, se ignoran las campañas emprendidas por Trump en Estados Unidos y por el gobierno alemán, para detener y deportar a ciudadanos de ambos países por haber mostrado su apoyo a Palestina. En el país del norte, la embestida incluye a icónicas universidades como Columbia y Harvard. Mientras la primera cedió a las presiones Trumpistas, la segunda ha decido confrontar a Trump en las cortes estadounidenses. El sionismo y el cristianismo Trumpista, no es casual. Ignoran las normas democráticas e intentan imponer su credo violentando a las sociedades que, en el caso de Trump, lo llevaron al poder. Por el diputado Hugo Eric Flores, nadie votó. Obtuvo su curul por la vía proporcional, lo que no implica que no tenga los mismos derechos de otros legisladores y ciudadanos, pero que debe respetar la Constitución mexicana.

La escritora Margo Glantz, es una ciudadana, sin cargos públicos, pero su postura sionista debe ser reprobada. El holocausto judío es real, pero también el genocidio palestino. Nadie puede negar las imágenes, muchas en tiempo real, que los medios corporativos y algunos independientes presentan diariamente al mundo. Ignorar la limpieza étnica y el exterminio sistemático del Estado sionista de Israel, no es solo complicidad con crímenes de lesa humanidad, sino pretender que la humanidad no sepa y le apueste al olvido de las masacres sionistas. Los israelíes tienen derecho a un país, una nacionalidad y un territorio, pero no a costa de un pueblo que durante miles de años ha estado asentado en un territorio que les pertenece.

El diputado Hugo Eric Flores, debería tener presentes los videos de la masacre en contra del pueblo palestino. El cristianismo evangélico no es la verdad sobre un genocidio y el imperialismo israelí. Es lamentable que un servidor público pretenda erigirse, moral y éticamente, en defensor del asesinato sistemático de un pueblo. No creo que Luisa María Alcalde, presidenta de Morena, lo reconvenga. Es una dirigente que no sabe qué hace con el movimiento obradorista. Da pena.

No hay comentarios: