miércoles, 6 de febrero de 2013

Reforma migratoria ¿integral y restrictiva?

En Estados Unidos, con la presentación de un acuerdo inicial entre congresistas demócratas y republicanos, y un discurso presidencial al día siguiente, se reabrió el camino que finalmente podría ser pavimentado por una reforma migratoria integral que corrija el sistema migratorio de ese país.
Pro-inmigrantes y antiinmigrantes coinciden en que el sistema migratorio estadounidense está roto desde hace por lo menos dos décadas, por lo que su reforma es urgente. En ambos casos también se plantea que la solución tiene que ser integral, pero con matices.
Los republicanos extremos y el Tea Party, privilegian un sistema migratorio restrictivo, el reforzamiento de las fronteras, particularmente la compartida con México, medidas severas para expulsar a los 12 millones de inmigrantes indocumentados, y leyes locales antiinmigrantes.
Por su parte, importantes demócratas, grupos y abogados pro-inmigrantes, favorecen normas que permitan otorgar la ciudadanía a los indocumentados, la ampliación de algunos programas de trabajadores huéspedes, restricciones a las leyes locales antiinmigrantes, y el reforzamiento del sistema migratorio.
Ambas posiciones, con matices de diverso tipo, deberán generar coincidencias para que a fines de este año esté lista una propuesta que, desde nuestra perspectiva, recogería la idea de la integralidad, pero también aspectos restrictivos, si tomamos en cuenta la política inmigratoria actual.
El otorgamiento de la ciudadanía podría tener múltiples filtros para quienes la soliciten, además de ponerlo en la fila que está precedida por cientos, quizás miles de solicitudes de inmigrantes que desean vivir en Estados Unidos y que han seguido los procedimientos acorde con la normatividad vigente.
Dicha situación podría abrir el camino a un esquema de inmigrantes de primera y segunda; los de primera serían los migrantes sin antecedentes, respetuosos de la normatividad, mientras los de segunda serían aquellos que ingresaron a territorio estadounidense violentando las leyes vigentes.
Otro aspecto restrictivo está relacionado con la política inmigratoria vigente. En el primer mandato de Obama, han sido deportados más de 350 mil migrantes anualmente. Adicionalmente, se reforzaron medidas que tienden a criminalizar a los indocumentados (redadas en las fábricas, comunidades seguras, etc.).
El descenso de la inmigración a Estados Unidos tiene un precio muy alto. Las deportaciones han tendido a limitar el ingreso de nuevos migrantes, pero su intención principal ha sido expulsar a los que califican como “indeseables”, con la finalidad de reducir el número de indocumentados a un número “manejable”.
Sin duda, esta política inmigratoria tiene una importante intencionalidad política, con la cual se llega a la discusión de la reforma migratoria como moneda de cambio para que los extremistas de derecha observen el “compromiso” de la administración de Obama por reparar el sistema migratorio roto.
Por supuesto que la reforma migratoria incluiría aspectos positivos. Es el caso de los “dreamers”, los familiares de los migrantes que esperan se acepte su solicitud, y la posibilidad de ampliar los programas de visas temporales, como el H2A, que lleva trabajadores agrícolas a Estados Unidos.
Es probable que, como ocurrió en la última década del siglo XX con la amnistía que impulsó la IRCA (1986), muchos indocumentados, al salir de las “sombras”, se incorporen a otros sectores laborales, lo que tendría implicaciones en el sector agrícola, por lo que un programa laboral agrícola será importante.
La reforma migratoria integral llevará en su base restricciones importantes. Podría reconocer a los más de 8 millones de mexicanos indocumentados como inmigrantes, no sólo como mano de obra barata sustituible, pero implicaría más condicionantes, pues se ubican entre los inmigrantes que rompieron la ley.
Ahora bien, lo lamentable es la simpleza de la postura del gobierno de Enrique Peña Nieto. Al parecer, se le ha recomendado saludar pero no participar activamente en el proceso. Como hasta la fecha, el papel de México será de observador, pues los migrantes mexicanos son simple mano de obra barata.
Obviedades. 1. La tragedia de PEMEX, cuyo saldo en muertos llegó a 37, seguirá dando pié a especulaciones, pues la supuesta acumulación de gas que los gobiernos federal y de la ciudad de México dicen fue el origen de la mortal explosión, no será suficiente explicación mientras el petróleo mexicano siga siendo ofertado a cualquier postor. 2. Es preocupante lo que parece está detrás del asesinato del encarga do de la presidencia municipal de Nahuatzen; además de otro funcionario, agregado a la ya larga lista de funcionarios ejecutados a nivel nacional, refleja la creciente inseguridad y el accionar sin límites del crimen organizado. 3. El conflicto en la UMSNH está rodeado también de múltiples desaciertos y desencuentros; unos heredados de administraciones pasadas y otros provocados por la impericia. En el sainete que busca confirmar privilegios inconfesables de un sindicalismo que ha perdido toda proporción, pierden los estudiantes y la institución. 4. Y las remesas cayeron de nuevo. De  4.4 por ciento fue la caída, la sexta baja mensual consecutiva. La principal causa es la lenta recuperación económica estadounidense, particularmente los sectores donde la mayoría de los indocumentados. La reducción anual quedó en 1.57 por ciento para 2012. 5. Y la “industria del crimen” sigue en ascenso: según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), las denuncias por secuestro crecieron en Tamaulipas, Michoacán y el Estado de México, aunque a nivel nacional tendieron a bajar.

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