La visita oficial del presidente Obama a
nuestro país, provocó múltiples expectativas, pero ni siquiera discursivamente
las llenó. En el caso del tema migratorio, apenas unas líneas en torno a que es
el momento para la reforma migratoria y palabrería sobre la cooperación
económica y comercial. Refrendó la idea sobre la migración como un asunto
doméstico.
Incluso, horas antes de su arribo se difundió
la idea de que si el presidente Enrique Peña Nieto comentaba al respecto,
podría resultar contraproducente a los esfuerzos del presidente Obama y la
Pandilla de los Ocho. Era mejor callar y observar. El debate está restringido a
los parámetros políticos y la opinión pública estadounidense.
En este sentido, la postura de Peña Nieto, cuyo
gobierno insiste en centrar la relación bilateral en la esfera económica y
comercial, poniendo, al menos mediáticamente, en un plano menos publicitado la
seguridad y la lucha contra los cárteles de la droga, es criticable, pero
parece responder a la idea de que el tema migratorio es estrictamente
estadounidense.
No lo es. La migración no es un asunto
doméstico estadounidense; están involucrados los países expulsores, de destino
y tránsito. En colaboraciones anteriores he insistido en que Estados Unidos lo
ve como un asunto estrictamente interno, no por compartir esta visión, sino
porque así es como los políticos, la opinión pública y algunos académicos lo
manejan.
Esta visión subyace a la iniciativa de reforma
migratoria (S. 744). De aprobarse, reivindicaría la política inmigratoria unilateral
y la perspectiva conservadora de ese país en el tema. Por ello en la propuesta
se afirma que los inmigrantes tendrán que “ganarse”, primero la residencia
legal, y después la ciudadanía. No hay amnistía.
Como se expresa en el título de la iniciativa (Border
Security, Economic Opportunity and Immigration Modernization Act), la
modernización del sistema inmigratorio se basa en una frontera segura y
oportunidades económicas para inmigrantes, patrones, empresas y la economía
estadounidense. Por eso los interesados tienen que ganarse su legalización.
El inmigrante elegible debe haber llegado a
Estados Unidos antes del 1 de enero del 2012; el estatus en espera (RPI, siglas
en inglés) puede ser renovado a los seis años, si no se han cometido actos que impliquen
su deportación, aunque los deportados podrán solicitar el RPI si la esposa o
hijos son ciudadanos o residentes legales (LPR, siglas en inglés).
Asimismo, el RPI se otorga por un mínimo de
diez años, porque se debe calificar para la visa por méritos; para los Dreamers
y trabajadores agrícolas elegibles es por cinco años. No hay vía definida para
la residencia legal (LPR), al menos que sean Dreamers y trabajadores agrícolas
elegibles. Y no se requiere salir de Estados Unidos.
La solicitud implica empleo probable. Es
necesario aprender inglés y civismo, y pagar impuestos antes del LPR. Los
atrasos en visas familiares y laborales se resolverían antes de que el RPI pase
a LPR, excepto para Dreamers y trabajadores agrícolas elegibles. Y antes del LPR,
la frontera segura deberá estar definida.
Entre los deportados que podrían solicitar su reingreso
están: los que llegaron antes del 31 de diciembre de 2011, los deportados por
razones no criminales, o con esposa o padre ciudadano, LPR o Dreamer elegible.
Nadie en estatus RPI es elegible para beneficios públicos (bienestar,
estampillas de comida, Medicaid).
Lo anterior va definiendo los caminos por los
cuales los inmigrantes indocumentados serían elegibles y podrían “ganarse” el
estatus en espera y la residencia legal. Las restricciones y tecnicismos tienen
mucho que ver con la lectura que los conservadores podrían hacer, pues es
sabida su negativa, no sólo a lo que crean sería una amnistía sino a la reforma
migratoria.
En la próxima entrega abordaremos la parte
relacionada con el posible impacto de la reforma migratoria en la economía
estadounidense y la fuerza de trabajo. Estos aspectos son fundamentales, pues
la iniciativa se plantea como “oportunidad” económica” para inmigrantes,
empresarios, empresas, sectores económicas y el propio Estados Unidos.
Obviedades. 1. Algunos
políticos mexicanos, o pecan de ingenuos o sus asesores son unos ignorantes (como
AMLO o el senador Aureoles); el presidente Obama prometió, tanto en su campaña
como al tomar posesión para su segundo mandato, impulsar un reforma migratoria
integral, la que de unilateral tiene todo, pero su aprobación no depende,
desafortunadamente, ni de los votantes hispanos ni de los buenos deseos del
propio mandatario, sino de un Congreso estadounidense que, en la Cámara de
Senadores, los demócratas podrían decidir, pero en la Cámara de Representantes,
los republicanos, incluido el Tea Party, tienen la palabra. 2. Señala el
presidente Obama que la deportaciones seguirán hasta que, eventualmente, la
reforma migratoria se apruebe, pues, afirmó, hay que aplicar las leyes como
están escritas (Univisión, 05/05/13); pero miente al afirmar que las
deportaciones se concentran en los “criminales”. Hay miles de indocumentados,
sobre todo mexicanos, que están siendo expulsados de Estados Unidos únicamente
por ser de esa nacionalidad. 3. Tragedia sí; lamentable y reprobable el
asesinato de los hijos del periodista oficialista David Páramo; pero lamentable
es también que los asesinatos y desapariciones de otros miles de jóvenes,
muchos anónimos, no sean investigados y aclarados con celeridad. 4. El domingo
pasado se cumplieron 195 años del natalicio de Karl Marx, uno de los grandes
filósofos y economistas que nos mostró las entrañas del capitalismo, su
historicidad y naturaleza depredadora y antihumana. 5. La postura de la
Senadora Calderón para que el Ejecutivo intervenga de manera “impulsiva” en la
Tierra Caliente michoacana, parece reflejo de un mal de familia, como cuando su
hermano Felipe Calderón “imploró” al presidente Bush que usara los famosos
aviones Drones armados para arrasar con los narcos sin importarle la población
civil; petición que le fue negada reiteradamente, como se lee en el Washington
Post (04/27/13). 6. El SPUM sigue cavando la tumba de la UMSNH; una institución
que en diversos momentos privados he comentado que es tan generosa que ya poco
importa a políticos y sindicalizados. Nadie quiere pagar impuestos o aportar
para sus pensiones y jubilaciones; es un botín para lidercillos y
sindicalizados disfrazados de “democráticos y luchadores por sus derechos”. 7.
Morelia de 10: en los últimos días, cuatro mujeres asesinadas con saña; un
matrimonio ultimado; varios hombres baleados o ejecutados; colonos protestando
por los abusos de conocida transnacional y vecinos vilipendiados por organizarse
para exigir atención. 8. El addendum al Pacto por México reconoce lisa y
llanamente que los gobiernos federal y estatal están usando el aparato
burocrático y los programas sociales para comprar conciencias y votos, porque
si no fueran ciertas las horas de videos y audios, el parche parece broma de
algún despistado. 9. 24 años cumplió el PRD, con tantas ausencias, falsas
expectativas y derechizado totalmente, que mejor sería cerrarlo para comenzar
de nuevo. 10. Alzas hasta de 400 por ciento en los alimentos, mientras salarios
y trabajo se siguen precarizando; pero las transnacionales de la Cruzada
Nacional contra el Hambre se llevarán una buena tajada de los recursos
destinados a atender a poco más de 7 millones de pobres.
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