martes, 10 de septiembre de 2024

Neoliberalismo y Poder Judicial

 

Es claro que la defensa ilegal, mentirosa y belicosa del Poder Judicial, va más allá de los privilegios, abusos, complicidades y uso faccioso de la ley a favor de la delincuencia de cuello blanco, la delincuencia organizada, los políticos corruptos y la oligarquía. A inicios de su sexenio, AMLO declaró extinto el neoliberalismo, pero fue en realidad una narrativa política que favoreció la concientización de millones de mexicanos, porque el programa neoliberal sigue vigente. Los mejores ejemplos, son los bancos, cuyas obscenas ganancias ascendieron a más de 200 mil millones de pesos el año pasado, y la concentración de riqueza y poder en pocas manos, destacando un puñado de mexicanos y sus familias con miles de millones de dólares en sus arcas. En ambos casos, ganancias y enriquecimiento son producto de las políticas neoliberales que delinearon durante más de 30 años el saqueo y corrupción en México.

La injerencista postura de congresistas estadounidenses, republicanos y demócratas, inventando una supuesta afectación de la reforma judicial al TMEC, es clara: no están defendiendo la democracia, sino a las corporaciones de su país y el saqueo y corrupción que han practicado durante siglos en México, con la venia de la derecha y el Poder Judicial, en diferentes momentos de la historia mexicana. De acuerdo con esa carta, el maíz transgénico, el fracking, el litio, el sector eléctrico, las instancias supuestamente reguladoras y autónomas, destacan en su defensa. Es decir, sus alegatos, además de mentirosos, manipuladores, injerencistas, imperialistas, buscan que el Poder Judicial mexicano siga como está, pues las corporaciones, transnacionales y demás empresas estadounidenses, usan cotidianamente al Poder Judicial para imponer sus intereses corporativos. El maíz transgénico, de una industria altamente subsidiada por el gobierno de Estados Unidos, busca ser impuesto al pueblo mexicano, a costa de su producción y alimentación milenaria.

El fracking es una de las prácticas extractivas más contaminantes, invasivas y ambientalmente insostenibles. Contamina el agua a raudales y provoca daños irreversibles, pero a las corporaciones estadounidenses lo que menos les importa es el cambio climático y el ambiente. Les importan los negocios, el dinero. El litio es un material que en las recientes décadas adquirió gran importancia, particularmente para el desarrollo de tecnologías supuestamente limpias. La industria automotriz e informática, encabezan la lista de las ambiciones del capitalismo salvaje. Y las transnacionales estadounidenses buscan apropiárselo para su beneficio sin importar el daño ambiental. El sector eléctrico es una de las industrias más deseadas, sobre todo por los subsidios gubernamentales que favorecen a los privados y las ganancias de un mercado desregulado.

Los órganos supuestamente reguladores y autónomos, fueron instancias impuestas por el FMI, BM, BID, acorde con las políticas neoliberales, cuyo principal interés es favorecer a las corporaciones extranjeras y nacionales, desregulando el mercado, imponiendo prácticas empresariales y reduciendo la operación de las empresas estatales. Organismos como la COFECE, INAI, entre otros, no responden a los intereses de la ciudadanía –usuarios y consumidores, acorde con la terminología neoliberal que desfigura a las personas y las convierte en simples individuos compradores- sino a lo que a las empresas privadas importa. Por ejemplo, en el sector eléctrico, se impusieron una serie de normas que usaban la red eléctrica nacional y el presupuesto público a favor de las transnacionales, las que imponían las tarifas eléctricas que se les antojaban. El INAI, suele restringir datos y sospechosas acciones fraudulentas de políticos, empresarios y empresas, además de que sus “consejeros” viven con grandes privilegios.

Sin duda, la defensa del Poder Judicial es la defensa del neoliberalismo que aún subsiste. Un neoliberalismo declarado políticamente extinto por AMLO para promover la concientización de México. Transformar el Poder Judicial, será, ahora sí, declarar la muerte neoliberal.

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