El sedicioso y golpista exministro fascista Cossío lanzó una serie de
sentencias ilegales y sin sostén jurídico en una “entrevista” con la fascista
Azucena Uresti en Radio Fórmula, con la admiración y deseo de derrocar a la
presidenta de México de la primera, y las mentiras y golpismo del segundo para
alimentar a una ignorante mujer y su auditorio en contra del marco
constitucional vigente. El sedicioso y golpista exministro señaló que de
favorecer las patrañas del ministro González Alcántara Carrancá y, que de
incurrir en desacato, tanto la presidenta como las tres terceras parte de la
Cámara de Diputados y de la de Senadores, serían destituidos y encarcelados. El
exministro sabe bien que eso es imposible, pero los uh y ah de la fascista
Azucena Uresti, en su ignorancia e imbecilidad, cree que es posible. Era
notable la fascinación fascista de la locutora.
Con todo, la supina ignorancia de la locutora de Radio Fórmula no
sustituye a la realidad. De caer en desacato, como lo imagina lascivamente el
exministro Cossío, amanuense del junior tóxico Claudio X. González, la
presidenta de México y el Poder Legislativo no pueden ser tocados. Primero
porque esa acusación es ilegal en todos sus términos. La SCJN aceptó una
controversia constitucional o acción de inconstitucionalidad de partidos
políticos que carecen de interés jurídico. Es decir, que sus recursos son
ilegales. Segundo, es la SCJN la que está violentando el estado de derecho y el
orden constitucional, no la presidenta de México. Tercero, el absurdo del
exministro al afirmar que habría dos constituciones, es parte de la cadena de
irregularidades en la que cae diariamente la SCJN y sus 8 ministros golpistas,
porque el texto constitucional vigente está por encima de lo que decidan.
La SCJN, como muchos juristas y constitucionalistas han dicho, no es
legisladora. Solo el Constituyente (Mayorías calificadas en la Cámara de
Diputados, Cámara de Senadores y Congresos locales) puede modificar la
Constitución. El mandato del 2 de junio de 2024 es claro: se le dio a la 4T
mayorías para modificar la Constitución y las leyes necesarias que favorezcan
al pueblo. Acorde con recientes encuestas, 70% de los mexicanos apoyan a la
presidenta de México, es decir, poco más de los votos que recibió en las urnas.
En tanto, los 8 ministros que pretenden legislar y modificar la Constitución,
no fueron electos por los ciudadanos. Son producto, en todos los casos de
propuestas de anteriores presidentes y de cuotas partidistas. Es claro que esos
8 ministros, sin olvidar a un ministro y una ministra que traicionaron a AMLO,
están políticamente inclinados a la derecha y fueron parte de negociaciones para
favorecer al PRIAN.
En este sentido, la SCJN y el Poder Judicial no pueden presumir –peor si
Ernesto Zedillo lo hace en el Washington Post, expresidente que aniquiló la SCJN
existente durante su mandato para nombrar una a su modo- de independencia y
neutralidad. En esa época, nunca fueron cuestionadas las privatizaciones, el
FOBAPROA que obliga a los mexicanos a pagarles billones de pesos a banqueros y
empresarios corruptos, las masacres de Acteal y Aguas Blancas, y otras ilegales
medidas que ningún ministro tocó. Incluso, esa SCJN zedillista liberó a los
asesinos de Acteal, según los cuestionables resultados jurídicos de un grupúsculo
de estudiantes y abogados del CIDE, CPI del CONACYT que fue colonizado y
capturado por los neoliberales, para ponerlo al servicio de las elites y la
delincuencia de cuello blanco y criminales de todo tipo.
A unas horas de que 8 ministros decidan dilapidar lo que les resta de
vida profesional por violentar el estado de derecho y el orden constitucional,
los medios corporativos golpistas intentan erigirse en los prístinos
defensores, no de la Constitución, tampoco del estado de derecho, menos del
orden constitucional, sino de un grupúsculo de privilegiados que representa a
la derecha y la oligarquía que intentan recuperar lo que la democracia les
arrebató. No fueron votados unos y otros perdieron estrepitosamente en las
urnas. Los ciudadanos tomaron decisiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario