Más de 13 millones de personas salieron de la pobreza en el contexto del
gobierno de AMLO. Un logro, aunque a la derecha le moleste, del proyecto de
nación de la 4T. Por ello, la queja del exlíder moral de la izquierda priista,
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, es una simple diatriba de la derecha, mientras
la derecha se retuerce sin argumentos. El INEGI es una de las pocas instancias
autónomas que realmente presentan sus datos, sin tanta parafernalia ideológico-política.
Los datos duros son impactantes, pero la derecha mexicana no puede refutarlos,
aunque en X y otras redes sociales lo intenten. Muchos mexicanos, por medio de
los aumentos salariales y las políticas sociales, hoy pueden tener una vida diferente.
Durante el neoliberalismo, sus ideólogos usaron los aumentos salariales,
arriba de la inflación, como arma para hundir a los mexicanos en la pobreza y
la ignominia. A los neoliberales mexicanos jamás les importaron los mexicanos,
por sostener un modelo político-ideológico que empobreció a millones de
mexicanos. Que 13 millones de pobres hayan salido de la pobreza durante los
años del gobierno de AMLO, no es un “triunfo” de AMLO, sino de políticas
públicas que han incidido en la realidad de millones de personas y familias. No
es un asunto político, es una cuestión que la derecha mexicana no reconoce. En
los gobiernos del PRIAN, acorde con datos reales, la pobreza aumentó
inexorablemente, aunque quieran usar las cifras de la pobreza extrema.
Efectivamente, la pobreza extrema es un asunto sin resolver. Pero los
datos que la derecha manipula para descalificar las cifras de la pobreza multidimensional
que ahora el INEGI presenta, metodología del CONEVAL, un organismo desaparecido
que solía manipular sus propios análisis, son importantes. La 4T tiene muchas
acciones por hacer en contra de los pobres en extremo. Urgen políticas públicas
en las que los pobres en extremo sean los protagonistas, pero los datos de
millones que salieron de la pobreza no pueden ser minimizados.
Que 13 millones de mexicanos hayan salido de la pobreza es malo para Héctor
Aguilar Camín, quien manipula las cifras para “abogar” por los pobres en
extremo, por quienes jamás dijo nada durante los gobiernos neoliberales. La
pobreza extrema siempre estuvo ahí y sin duda, los “sesudos” análisis de la
derecha solo intentarán desacreditar las políticas públicas de la 4T. Pero no
olvidemos que lo que hoy llamamos pobreza extrema y pobreza, ya Marx, con sus
matices, los había catalogado en sus tiempos: ejercito de reserva industrial y lumpenproletariado.
Sectores de la población engendrados por el capitalismo. Desclasados, sin más
expectativa que sobrevivir diariamente. Son los que Oxfam ha identificado como
personas y familias que reproducen su pobreza cotidianamente, sin la esperanza
de salir de su situación.
Sin embargo, AMLO y la 4T, antes que romper abiertamente con las elites
económicas y destruir desde sus cimientos el sistema socioeconómico
prevaleciente en México –lo que no le perdona la izquierda buenaondita porque
sigue soñando con la Cuba de Fidel Castro y la Venezuela de Chavez, cuyas
sociedades son actualmente una dramática muestra del poder del imperio y del
capital-, implementaron una política salarial y una política social que
incidieron en al menos un sector de los pobres en México. Si algo he aprendido
durante años como investigador de las ciencias sociales, es que el socialismo o
comunismo en un solo país es una falacia. El capitalismo es el sistema dominante
y si no hay un cambio generalizado –por ejemplo, el colapso total del imperio
estadounidense y de la Unión Europea- poco hay que hacer. Excepto luchar por
una sociedad de derechos y usar la democracia burguesa para impulsar esas
transformaciones, que es lo que AMLO y Claudia Sheinbaum, con sus matices,
están haciendo. Al primero le tocó sacar de la pobreza a millones de mexicanos,
mientras la segunda impulsa una política de derechos –mujeres, indígenas,
afromexicanos, etc.- para fundar una sociedad distinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario