miércoles, 28 de agosto de 2024

La arrogancia de la derecha intelectual

 

Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, fueron, durante 36 años, los voceros de dos grupos cooptados y comprados por los gobiernos del PRIAN. En su derredor, se acomodaron algunos escritores, analistas, académicos, entre otros, cuyo principal objetivo era proveer a los gobiernos neoliberales de narrativas que justificaran la corrupción y el saqueo, además de recibir prebendas y dinero público por mostrar su abyección. Ambos personajes han hecho algunas declaraciones que los exhiben. Por ejemplo, Héctor Aguilar Camín insulta a los mexicanos cuando afirma que, aunque los mexicanos no entiendan su diagnóstico, porque al parecer 36 millones de mexicanos son imbéciles, la derecha intelectual está en lo correcto: México va camino a la dictadura. Por su parte, Enrique Krauze escribió que, a partir del 1 de octubre, el país se convertirá en una monarquía. Solo le faltó agregar que se coronará a la emperatriz Claudia I.

La derecha intelectual mexicana actúa su derrota como la peor desgracia a su trayectoria. Ya no reciben dinero público, tampoco hacen negocios con el gobierno federal, aunque siguen saqueando algunos erarios estatales (Chihuahua, Jalisco), no pueden “vender” sus ominosas publicaciones (revistas, libros, panfletos) a cuenta de los recursos públicos, está impedida de patrimonializar el presupuesto federal, no pueden imponer su agenda política e ideológica, más allá de algunas pantallas de televisión, cuya audiencia ha caído estrepitosamente, y su narrativa ya no justifica las políticas gubernamentales. Pero no se trata de un divorcio –intelectuales-gobierno-Estado, sino de la expulsión de la derecha intelectual del paraíso presupuestal, los privilegios, los negocios y la agenda derechista, la que en algunas ocasiones rayaba en el fascismo.

Si bien, Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, han sido durante algunas décadas las cabezas de al menos dos grupos de intelectuales derechistas visibles, en las universidades públicas, los Centros Públicos de Investigación del CONAHCYT e instituciones educativas privadas, también se conformaron algunos grupos locales e institucionales donde la derecha intelectual creó sus grupos de académicos, tanto internos como alternos. En muchos casos, la investigación realmente avanzó y fructificó en estudios de diversos temas antes poco tomados en cuenta, mientras en otros los negocios prevalecieron. Es sabido que el organismo garante de la investigación en ciencia, tecnología e innovación, entregó ingentes recursos públicos a grandes empresas privadas transnacionales y nacionales para realizar investigación que solo favoreció los intereses de grandes grupos empresariales, además de promover cotos de poder académicos y de investigadores que se embolsaban dinero público, formando grupúsculos de derecha protegidos por torres de marfil.

A pesar de las aportaciones a la producción de conocimiento académico y científico, la derecha intelectual durante los gobiernos neoliberales del PRIAN, se ensimismó en su arrogancia al suponer que podía imponer su agenda y conducir las políticas públicas. Pero esta arrogancia, se basaba en la abyección sustentada en la perversa y saqueadora transferencia de recursos públicos, vía directa a los negocios y las cuentas personales de los intelectuales empresarios y del organismo rector de la ciencia, la tecnología e innovación de México. En su arrogancia, la derecha intelectual promueve actualmente una narrativa de odio, desinformación, fakenews y discurso con apariencia intelectual y académica golpista. Que supongan que su “diagnóstico” es “correcto”, mientras ningunean al pueblo mexicano e inventen que viene una monarquía, no es producto del análisis de la realidad mexicana, sino de la invención de realidades alternas, donde el odio de la derecha prevalece.

La “monarquía” es el corolario de una narrativa en la que la dictadura, la venezualización, el castrochavismo, el comunismo, la muerte de la República, han sido parte de una propaganda derechista de odio, desprecio y esquizofrénica. La derecha cuando pierde, busca arrebatar.

lunes, 26 de agosto de 2024

De minoría descalificada a mayoría calificada

 

Durante 36 años, el PRIAN ejerció su mayoría implacablemente. En ese lapso, hizo cambios trascendentales a la Constitución mexicana, haciendo del país, no solo un mercado abierto en el contexto de la globalización y el libre comercio, sino también un territorio para explotar, saquear, contaminar, arrebatar a los mexicanos sus tierras, recursos naturales y formas de organización. Miles de mexicanos fueron expulsados de sus vidas y localidades con la promesa del primer mundo, pero cayeron en las trampas del mercado capitalista: no pasaron de ser consumidores y trabajadores endeudados con salarios precarios y anclarse en la pobreza, mientras la tecnocracia, los gobiernos del PRIAN, los partidos políticos, algunos funcionarios públicos, patrimonializaban el dinero público y convertían muchas instituciones públicas en medios de transferencias de dinero público para los bolsillos de las elites de cuello blanco y sectores oligárquicos.

Los cambios que en su momento operó el PRIAN para reformar la Constitución y la ley electoral, fueron para favorecer a ambos partidos políticos en el Congreso de la Unión y sus gobiernos traidores (Vicente Fox), espurios (Felipe Calderón) y fraudulento y corrupto (Enrique Peña Nieto). Si bien en 2018 ganó AMLO, no consiguió asegurar mayorías calificadas en la Cámara de Diputados y de Senadores, aunque sí mayorías simples. Asimismo, el Poder Judicial se alineó a la derecha partidista, políticos corruptos y saqueadores, y la oligarquía, con la finalidad de detener cualquier reforma constitucional promovida por AMLO y sus legisladores. Pero el pasado 2 de junio de 2024, los ciudadanos iniciaron otra rebelión democrática al otorgarle a Claudia Sheinbaum la presidencia de la República, y a Morena, PT y PVEM, los votos suficientes para operar reformas constitucionales, como la del Poder Judicial para que la justicia llegue.

A la derecha no le importa la justicia. Al articular el coro medios corporativos-redes sociales a favor de violar la Constitución, mostraron su talante golpista y fascista. Su mayoría se esfumó desde 2018, pero siguen pretendiendo tenerla –ya no en el Congreso, pero sí entre la ciudadanía- aunque mientan e inventen cualquier realidad alterna. En este contexto, observamos cómo los papeles de han invertido. AMLO y Morena, fueron, antes de 2018, atacados sin cesar. Eran la minoría descalificada, mientras la derecha PRIAN y su adherente el PRD, se alzaban como la mayoría calificada. Entre 2018 y 2024, cambios profundos se han operado entre la ciudadanía, la que ha decidido convertir a Morena y sus aliados PT y PVEM, en una mayoría calificada. No se trata nada más de la Cámara de Diputados o de la de Senadores, sino de facto.

El 2 de junio de 2024, millones de ciudadanos salieron a las calles para votar por profundizar los cambios que la 4T, AMLO, Morena, PT, PVEM, pregonan. No se trata nada más de reformas constitucionales, sino también seguir promoviendo la concientización, reposicionar a los ciudadanos, particularmente los más vulnerables, como sujetos de la historia y su historia individual y colectiva. El proceso civilizatorio mexicano tiene que pasar por la fundación real de una sociedad de derechos, pero no los que muchas organizaciones no gubernamentales o de la llamada sociedad civil han secuestrado para sus fines elitistas y acorde con los designios de la derecha y la oligarquía. Los derechos tienen que estar respaldados por la Constitución. El derecho a la justicia, por ejemplo, tiene que estar garantizado por la nueva mayoría calificada. La gente votó por reformar al Poder Judicial para ponerlo al servicio del pueblo, de las mayorías, no de las elites partidistas, los delincuentes de cuello blanco, los narcos y la oligarquía.

Por ello es crucial que el TEPJF cumpla con su papel, respaldando a la mayoría calificada, más allá de las fobias derechistas, las que promueven una campaña de odio y desprecio, no solo en contra de Morena y sus aliados, sino también en contra de la mayoría de los mexicanos que votaron para convertirse en la mayoría calificada de este país. No es nada más el Congreso. Es el país.

viernes, 23 de agosto de 2024

Injerencismo y desestabilización

 

Para el éxtasis de la oligarquía, la derecha partidista, los medios corporativos y sus escribanos golpistas, el injerencista y desestabilizador embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, “habló fuerte y contundente”, contra la reforma judicial. Ignoran que hace unas semanas la postura de este personaje fue contraria. El hecho es que repite la conocida historia del injerencismo estadounidense en México, la que ha implicado invasiones militares, desconocimiento de gobiernos y desprecio a la soberanía. Al parecer, Joe Biden pretende abrir un frente guerrero al norte de América, con el discurso de su embajador, quien pisotea sin ambages una relación bilateral que prende de delicados equilibrios discursivos y el comercio. El presidente Biden abre también un frente político electoral que busca minar la retórica intervencionista, racista y guerrerista del candidato republicano Donald Trump, en sus andanadas electoreras contra la población mexicana nacida y residente en la Unión Americana, y contra México.

Ignorante como muchos estadounidenses de clase media blancos, al parecer devoto de los Tink Tank derechistas y fascistas de Estados Unidos, el embajador Salazar, desde su chato protestantismo –afirmó la intromisión de entes “diabólicos- vinculó la reforma judicial, en particular la elección popular de jueces, magistrados y ministros, con el comercio bilateral, el narcotráfico y otros aspectos, buscando proteger a bancos, empresas, financieros, calificadoras, etc., de su país. La justicia y la pudrición del Poder Judicial mexicano, no es preocupante. Al contrario, la oligarquía de su país hace negocios en México con la anuencia del corrupto Poder Judicial. A las empresas, bancos y demás “entes diabólicos” del capitalismo estadounidense, les preocupa perder el manto protector de un Poder Judicial podrido, al servicio de los poderes fácticos. El poder económico, tanto nacional como internacional, hacen negocios en los mejores términos del capitalismo salvaje, corruptos y saqueador.

En ninguna parte de su discurso, el embajador Salazar hace mención de que el Poder Judicial mexicano no imparte justicia -70 mil casos que al menos desde hace 15 años no han sido resueltos- pero libera delincuentes de cuello blanco y narcotraficantes. Asimismo, está hundido en la corrupción y el saqueo. Excepto la defensa de los bancos, empresas y negocios estadounidenses, al embajador de Estados Unidos, no le interesa lo que realmente anima la reforma judicial. 36 millones de mexicanos votaron el 2 de junio de 2024, incluyendo a prácticamente a todos los sectores y clases sociales de la sociedad mexicana, apremiando a Morena, PT y PVEM, a reformar el Poder Judicial. La oligarquía, los delincuentes de cuello blanco, los narcos, no sufren lo que miles de mexicanos cuando enfrentan al Poder Judicial –con razón o no- porque el poder del dinero, las corruptelas, los privilegios, la connivencia, dominan. Al embajador le hace falta información: periodistas de investigación y estudios de diverso tipo han documentado los vínculos entre jueces, delincuentes de cuello blanco y narcos, nepotismo, privilegios para unos pocos, saqueo, corrupción.

Como quiera, a Joe Biden, bancos, empresas, calificadoras, inversionistas, no les interesa la impartición de justicia y un Poder Judicial que no sea corrupto y saqueador. Negocios son negocios, sin importar si se corrompe a jueces, ministros y magistrados, para favorecerlos. En la larga lista destacan el maíz transgénico, el fracking, las energías “limpias”, la venta y distribución de gasolinas y otros combustibles, las inversiones en diversos sectores económicos, la minería a cielo abierto, la contaminación, el uso de agrotóxicos prohibidos en Estados Unidos, el pago de impuestos. Ahora bien, no solo se trata de negocios, también de dominar y desestabilizar al próximo gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Es el intervencionismo, injerencismo y desestabilización de Estados Unidos. Los mexicanos ya lo saben.

jueves, 22 de agosto de 2024

Sobrerrepresentación y letrismo: torcer la ley

 

La derecha mexicana tiene una agenda política e ideológica bastante creativa. No pasa un día en la que inventan nuevos términos y realidades alternas, a los que rellenan de supuestos argumentos que reivindican su proclividad a torcer la ley. En diferentes momentos, la derecha gritó “la ley es la ley”, en distintos escenarios. Las marchas rosas fueron operadas para vociferar “el INE no se toca”, “el Poder Judicial no se toca” y, en general, a todos y todo aquello que les favorece y que usan para oponerse a gobiernos democráticos o para derrocar a gobiernos progresistas. Hoy, la retórica de la “la ley es la ley” está muy activa de nuevo: de la llamada “sobrerrepresentación” llegan a intentar violar la Constitución exigiendo evitar el “letrismo”, es decir, piden al INE y al TEPJF no respetar la Carta Magna, porque lo que señala es simple “letrismo”. Exigen “interpretar” lo que la Constitución establece de acuerdo a sus intereses partidistas, políticos, elitistas y oligárquicos les interesa.

Si bien, la derecha mexicana puede presumir “creatividad”, el relleno de los términos y realidades alternas que promueven, son mentiras, vacíos argumentativos, simples exigencias ideológicas y políticas para sus intereses. En pasadas elecciones, nunca objetaron lo que la Constitución establece sobre la asignación de diputados, pues les favorecía. Hoy que esa disposición constitucional no favorece sus intenciones y la de las elites y oligarcas que la financian, exigen que no se le otorgue a Morena y sus aliados PT y PVEM, lo que constitucionalmente les corresponde. Y la derecha miente cuando dice que la coalición Sigamos haciendo historia al haber obtenido solo 54% de los votos quiere quedarse con el 75% del Congreso. Ese criterio no es el que prevalece para la asignación de las curules. Se usa el porcentaje de votos que los partidos políticos obtuvieron por distrito electoral. Morena y sus aliados ganaron en 85% de los distritos, pero ese porcentaje no define el número de curules que le asignaría, sino lo que cada partido político obtuvo en cada distrito.

Ahora bien, el “letrismo” que ahora aducen los abajofirmantes –la derecha golpista de nuevo- es una novedosa narrativa derechista para exigir que se viole la Constitución. No se puede hacer caso a la letra constitucional, dicen. Solo falta que declaren inconstitucional la Constitución. Recordemos que el presidente de la República envió una iniciativa para reformar la norma constitucional electoral que evitaba lo que la derecha llama hoy sobrerrepresentación, pero fue rechazada por la oposición. Es decir, de haber sido aprobada esa reforma, la discusión actual quizás estaría en otro polo, y no en intentar robar diputados y senadores legítimamente ganados por la coalición Morena-PT-PVEM. Porque no se trata nada más de Morena, sino que, de hacer caso el INE y el TEPJF del griterío derechista para violar la Constitución, la coalición Seguimos haciendo historia se vería fuertemente afectada, mientras la alianza neofascista PRIANRD obtendría más legisladores de los que realmente obtuvo el 2 de junio. Asimismo, se estaría violentando el mandato popular, pues claramente millones de mexicanos votaron por el Plan C.

La oposición suele ser “creativa” –AMLO, peligro para México, deriva autoritaria, narcopresidente, mesías tropical, etc.- con sus epítetos antidemocráticos, pero solo exhiben el vació de sus intelectuales orgánicos y partidos políticos que detestan la democracia. Si no obtienen lo que anhelan –aunque la realidad no les cumpla sus anhelos- arrebatan. En la campaña electoral de 2006, la derecha amedrentó a los ciudadanos con su perversa propaganda. Incluso, la hoy autollamada “izquierda verdadera”, se creyó lo del comunismo y el chavismo-castrismo. En 2012, operó una mafia derechista que trastocó la votación comprando a manos llenas votos, vendiendo una falsa imagen televisiva. En 2018 y 2024, los mexicanos dijeron basta. La violencia propagandística de la derecha es tan evidente, que los ciudadanos decidieron por sí mismos.

lunes, 19 de agosto de 2024

La lenta muerte: el infierno genocida en Gaza

 

Durante la Segunda Guerra mundial, el holocausto judío en la Europa dominada por Hitler y sus nazis, no tuvo la difusión que actualmente tiene el genocidio en Gaza. Muchos, nos enteramos de las atrocidades contra el pueblo judío décadas después. Los campos de exterminio exhibidos, fotografías del asesinato masivo, testimonios de los sobrevivientes, la hazaña de muchos para huir de la muerte hacia otros países, los contubernios de la Iglesia católica y los gobiernos de Francia, Italia, España, revelaron, poco a poco, la monstruosidad nazi. Asimismo, no solo se buscaba la muerte de los judíos, sino también de homosexuales, gitanos y todas aquellas comunidades minoritarias que no encarnaban el ideal racista hitleriano. Décadas después, el holocausto judío fue hollywoodizado: filmes, documentales, testimonios, fueron documentando la memoria histórica. También en el mundo académico y literario, se han escrito cientos, quizás miles de obras, tanto para denunciar como para comprobar la veracidad de los hechos, que aún hoy algunos blancos racistas pretenden negar.

Las atrocidades contra el pueblo judío no han sido suficientes para detener el holocausto palestino, el cual se ha convertido en parte de la perversa y esquizofrénica propaganda israelí, cuyo sionista primer ministro Netanyahu exhibe al mundo sin escrúpulos, sin re remordimientos, sin un dejo de vergüenza. Todo con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea, que, en sus arrebatos racistas, clasistas, discriminatorios, pretenden justificar el asesinato masivo del pueblo palestino con la “salvación” de la blanca y fascista civilización occidental. Datos oficiales afirman que son ya alrededor de 40 mil palestinos masacrados, la mayoría mujeres y niños. La limpieza étnica en su pureza y perversidad: exterminar a las mujeres para que el pueblo palestino no se reproduzca, y asesinar niños, para que no se conviertan años después, en defensores de su patria robada. Pero, acorde con un reciente artículo de la revista científica The Lancet (Julio/12/2024), el número real de la masacre ascendería a 200 mil palestinos. La atrocidad de la cifra es devastadora. Estamos viendo en tiempo real cómo opera el sionista Estado de Israel, asesinando humanos.

Más allá de las cifras, y de si la masacre puede ser entendida como un genocidio, la que en la introducción del mismo artículo en línea de The Lancet, es cuestionada con parafernalia legaloide occidental, el mundo occidental está observando, algunas veces impávido, aunque las protestas contra Israel y Netanyahu crecen, cómo Occidente aniquila a una población que lucha por sus derechos a una tierra, a una patria, a una nación, a vivir en paz, a la vida, a la humanidad. El genocidio palestino tiene fines perversos y esquizofrénicos: limpieza étnica, aniquilación de un pueblo, asalto armado de sus tierras, ocupación de sus territorios. Una masacre del sionismo israelí, con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea. Dinero, armas, negocios al amparo del aniquilamiento de un pueblo, sostén del aparato militar-industrial de Occidente. La democracia es lo que menos importa a Occidente. Con la cantaleta sionista israelí, el ejército sionista ha destruido objetivos con supuestos integrantes de Hamas, asesinando a miles de palestinos y palestinas.

En Estados Unidos, la Unión Europea, México y otros países latinoamericanos, las protestas en contra de la masacre perpetrada por Israel-Estados Unidos-Unión Europea, crecen y continúan. El caso de México es interesante. Ciudadanos han salidos a las calles para gritar el cese al fuego, pero la comunidad judía –buena parte de ella- sigue callada. Nunca he estado de acuerdo con las acciones de Hamas, pero es obscena la postura de la mayoría de los judíos mexicanos: autovictimización, silencios ominosos, desprecio por un sector de la humanidad que está siendo aniquilada por el sionista Estado de Israel. En Estados Unidos, la respuesta de jóvenes judíos ha sido ejemplar. Al grito de “no en mi nombre”, han protestado en contra del obsceno genocidio, pero las “democracias” occidentales callan, mientras su complicidad sigue matando palestinos.

viernes, 16 de agosto de 2024

La pudrición del Poder Judicial

 

Mientras la presidenta de la SCJN, Norma Piña, reunía a diversos ponentes derechistas que favorecen la corrupción e impunidad de los poderes judiciales de sus países y en cualquier parte del mundo, y el sindicato del Poder Judicial en México amenaza con una huelga de aprobarse la reforma judicial, Mario Marín, el exgobernador que torturó y secuestro a la periodista Lydia Cacho, quien lo denunció por proteger a una red de pederastas y violentarla, era liberado por una jueza para que siga su proceso en la comodidad de su fastuosa residencia. Asimismo, en Oaxaca, un juez ordenaba la libertad del autor intelectual y sus cómplices por intento de feminicidio y violencia con químicos en contra de la saxofonista María Elena Ríos, hecho que finalmente fue revocado por una jueza, ante la flagrante violación de los derechos de la víctima a recibir justicia.

Ambos hechos se suman a la liberación de delincuentes de cuello blanco y narcotraficantes. Es el Poder Judicial mexicano, podrido hasta el tuétano, en el que la gente no encuentra jamás justicia. Se sabe que más de 70 mil casos permanecen sin sentencia, después de más de 15 años de iniciado su proceso, además de que un alto porcentaje de esos juicios son inventados, gracias al dinero que reparten los acusadores para encarcelar a inocentes, aprovechando la corrupción e impunidad de la que gozan juzgadores y magistrados de cualquier nivel y distrito.

Recuerdo, de nuevo, el caso abusivo de Rodrigo de la Peza, juez de distrito que ordenó al TEPJF elegir a dos magistrados, afines a la derecha, para calificar la elección presidencial, cuando era evidente el abuso e invasión de jurisprudencia de un organismo que no está sujeto a jueces y magistrados ajenos a la materia electoral. Incluso, la SCJN rechazó la impugnación e intento de la derechista Xóchitl Gálvez de intervenir para detener la calificación de la elección presidencial, porque ese alto tribunal carece de atribuciones para intervenir en la conformación y decisiones del TEPJF. Los llamados “sabadazos” ya son parte de la norma judicial, aunque no sean legales, aprovechados por jueces y magistrados para liberar delincuentes de cuellos blanco y narcotraficantes.

La ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña, en su alocución en su reunión internacional a modo, tuvo del descaro de declarar al Poder Judicial “patrimonio”. Es decir, la impunidad, el abuso, los privilegios, la corrupción, la justicia retorcida para quienes pueden pagar, mientras los vulnerables jamás obtienen justicia, son un gran patrimonio de unos cuantos. Si durante décadas, los gobiernos del PRIAN patrimonializaron las instituciones y el presupuesto público, para generar privilegios, corrupción y saquear a gobiernos de todo nivel y el Estado mexicano, la narrativa de Norma Piña, apunta a hacerle creer a la población que el Poder Judicial y la justicia son patrimonio de unos cuantos, particularmente de las elites, la oligarquía, la delincuencia de cuello blanco y los narcotraficantes.

Hoy 15 de agosto de 2024, fue un día histórico. La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo fue reconocida por el TEPJF como presidenta electa de México, la primera mujer que en 200 años gobernará la República a partir del 1 de octubre. En sus discursos, de recepción y celebración, la presidenta electa reiteró que la reforma al podrido Poder Judicial es un mandato popular. Asimismo, la integración de las Cámaras de Diputados y Senadores, es clara en la Constitución mexicana y la legislación electoral, por lo que deberá respetarse. La afirmación de la presidenta electa, hace énfasis, no solo en el caudal de votos que la llevó a la presidencia, sino también en los ciudadanos que ejercieron su derecho a votar, dándole a los partidos de la coalición Seguimos haciendo historia, los diputados y senadores suficientes para reformar la Constitución, en particular el Poder Judicial. También, denota los caminos que seguirá durante su mandato, en el que la transformación continúa y buscará profundizar lo hecho por AMLO.

miércoles, 14 de agosto de 2024

La guerra cultural de la izquierda

 

El arribo de AMLO a la presidencia de la República en 2018, no solo culminó la trayectoria de un luchador social, un líder carismático, un personaje que organizó a miles de mexicanos, sino también significa el armado de una guerra cultural que la izquierda mexicana, en sus versiones más moderadas, está ganando. Hace décadas, Carlos Castillo Pereza, miembro conspicuo del PAN, uno de los últimos pensadores de la derecha mexicana, afirmó que, en relación al entonces partido único gobernante, el PRI, la derecha había ganado su propia guerra cultural. Tenía razón, el campo político también es parte de las batallas, no solo por el poder, sino también por las consciencias. De ahí que afirme que, en este momento histórico, la izquierda obradorista está ganando una batalla cultural, la del siglo XXI.

Democracia, justicia, igualdad, empoderamiento de los más vulnerables, organización de los ciudadanos, concientización, comunicación alternativa, exhibición de los modos y mañas de los medios corporativos, sus dueños y comentócratas, son solo algunos de los elementos de la guerra cultural de la izquierda. Mientras las llamadas “izquierdas verdaderas”, destacadamente las alineadas a la derecha –PRD y grupúsculos afines, las enquistadas en algunos medios alternativos en los que la narrativa estalinista sobresale –Julio Astillero y su dizque periodismo en resistencia- y otros periodismos críticos que dan como ciertas cartas y declaraciones de narcos –Jesús Lemus-, se posicionan desde la derecha y el infantilismo de izquierda en contra de AMLO y la 4T, la izquierda obradorista, conformada por diversidad de personajes, posturas y narrativas –a veces contradictorias- pavimenta el camino de una batalla cultural.

Con todo, como Pablo Iglesias, el español fundador de Podemos, afirmó con Sabina Berman (Largo aliento, Canal Once), la comunicación tiene que ser fundamental porque la derecha opera una guerra ideológica que intenta socavar las bases de la guerra cultural de la izquierda obradorista. Se trata de que la 4T construya sus propios canales de comunicación alternos –no los medios públicos o del Estado- para fundamentar su propia guerra ideológica y cultural contra la derecha. La izquierda, con AMLO, llegó con una fuerza nada desdeñable. Y en los casi seis años del primer gobierno de izquierda moderada, operó, por medio de la mañanera, una forma de comunicación novedosa y fundadora de consciencias políticas e ideológicas alejadas del mainstream que terminó derechizándose sin cortapisas. La izquierda partidista, representaba por el PRD, se alió a la derecha partidista con la finalidad de salvarse a sí misma, pero solo logró fracasar y desdibujarse.

Algo similar ocurre con los intelectuales que intentan seguir definiendo la agenda pública. Desde el gobierno de Salinas de Gortari, no solo fueron definiéndose como buenos comerciantes para obtener cuantiosos recursos públicos y ser parte de la elite económica, sino también impusieron cierta agenda sobre lo público, en la que el neoliberalismo, en sus diferentes versiones –democracia sin adjetivos, socialdemocracia, izquierda verdadera- conformó la plataforma ideológica de la derecha. Mientras, la intelectualidad de izquierda contribuía a la fundación y movilización de amplios sectores de la sociedad a partir de los caminos que AMLO fue construyendo, y de las propias experiencias de las izquierdas que, a pesar de la represión, cárcel y desaparecidos del régimen priista, conformó sus propios caminos, los que hoy han sido renovados por esa izquierda obradorista que aspira a transformar este país.

En este sentido, la guerra cultural de la izquierda, para ser ganada, debe ser fundamentada por canales y medios de comunicación alternos, la organización de amplios sectores de la sociedad, una parte adentro de Morena, otra como parte de los gobiernos federal, estatales y municipales, y la narrativa que la intelectualidad de izquierda cercana al obradorismo debe ir construyendo, no solo como contranarrativa a la derecha, sino como parte de la guerra cultural de izquierda.

sábado, 10 de agosto de 2024

Trump: ¿la derecha populista regresa?

 

La extrema derecha, racista, clasista, antiderechos humanos, antiinmigrante, obsesionada con las armas, afecta a los atentados y asesinatos masivos, orgullosamente evangélica que lee, relee y manipula su versión de la biblia cristiana protestante, prepara un nuevo asalto al Capitolio, vía los votos de millones de estadounidenses blancos, anglosajones, protestantes (WASP). Donald Trump sabe leer la problemática que envuelve a ese sector de la población estadounidense al que se dirige y lo apoya. Miedo, enojo, desconexión con la realidad, fanatismo religioso, obsesión por las armas, violencia doméstica, pobreza rural, rechazo al urbanismo amenazante, entre otros factores que están cambiando profundamente a la sociedad estadounidense blanca, animan al extremismo Trumpista. Aunque durante su primer mandato no resolvió las dificultades en las que viven esas comunidades blancas racistas y clasistas, los WASP siguen creyendo en sus vanas promesas, porque suponen que todos sus problemas son causados por lo externo: inmigrantes y políticas públicas que miran al extranjero, pero no a su circunstancia local, doméstica.

En eso reside el apoyo a Trump. El candidato republicano está anclado en los extremismos, pero tanto el candidato derechista como sus simpatizantes y el Partido Republicano, vieron frenado, momentáneamente, el entusiasmo que les produjo la renuncia de Joe Biden a la candidatura presidencial, pues la vicepresidenta Kamala Harris, una afroamericana, hija de un inmigrante indio y una afroamericana, logró, en tiempo record, acopiar millones de dólares para su campaña, los delegados suficientes para su nominación, mover las encuestas –unas a su favor, otras acercando las preferencias- y atraer el voto de diversos grupos minoritarios e indecisos. La elección presidencial en Estados Unidos corre un rumbo en el que las decisiones aún están por ser tomadas. En menos de cuatro meses, el Partido Demócrata, después del desastre causado por Biden, parece que disputará de manera cerrada la presidencia de ese país. En este sentido, los escenarios sufrieron un cambio drástico para resaltar un proceso que todavía no está definido.

Como quiera, lo que parecía el inminente regreso de la derecha populista en Estados Unidos, esa que subraya su blanquitud, racismo y clasismo, como eje de la ideología extrema republicana, hoy parece estar en entredicho. La derecha en la Unión Americana, como en todo el mundo, está construyendo un camino para enseñorearse, con la finalidad de recuperar lo que el proceso civilizatorio le ha arrebatado: poder, dominación, imposición, racismo, clasismo. El neoliberalismo ha tenido resultados contradictorios. Por un lado, fundamentó la pobreza y el hundimiento de millones de seres humanos, a favor del enriquecimiento de unos pocos, y por el otro, promovió una “libertad” de mercado que permitió al proceso civilizatorio que floreciera una sociedad de derechos, cierta igualdad, ciudadanización y democracia. El problema es que la derecha regresa al escenario político e ideológico buscando derribar todo lo que en su cerrado pensamiento es contrario a sus fines.

Como quiera, al menos en Estados Unidos, Trump y el trumpismo, de sostener Kamala Harris su pelea por la presidencia de ese país, tiene sus límites. Incluso, la reforma al Poder Judicial propuesta por Joe Biden –sobre la que no hay temores infundados o arrebatos derechistas sin ton ni son como en México, propone acotar a la Suprema Corte, para evitar que la derecha y ultraderecha impongan una sociedad en la que los derechos de los estadounidenses sean violentados por quien tenga la mejor ocurrencia, defendidos por la Suprema Corte, sin importar el socavamiento de la sociedad. En Europa, la derecha ha logrado triunfos electorales por similares razones: inmigración, pueblos de otro color de piel y cultura, supuesto secuestro de empleos para blancos –los que jamás harían, porque blanden su blanquitud como un privilegio para tener mejores empleos- y cambios profundos en la sociedad con el reconocimiento de derechos para todos.

jueves, 8 de agosto de 2024

Sobrerrepresentación y Lawfare

 

El supuesto debate sobre la “sobrerrepresentación”, indica que la derecha va por escenarios políticos que podrían marcar negativamente la democracia mexicana, pero peor para esa derecha que niega logros en cualquier ámbito en este gobierno. El 2 de junio de 2024, los mexicanos, a pesar de los abatimientos de la derecha y ciertos sectores de la llamada izquierda verdadera, los ciudadanos tomaron decisiones precisas: es necesario un cambio profundo. Lo que algunos llaman un cambio de régimen. Lo que introducen ahora en la narrativa política es que su derrota no puede ser avalada por la Constitución. Y llaman, en los medios corporativos y las redes sociales golpistas, a violar la Constitución sin ambages. Lo que demuestra claramente que a la derecha y los fascistas no les interesa la democracia, tampoco los ciudadanos, menos el voto de las mayorías. La derecha, en su momento, modificó la Constitución y las leyes electorales para favorecer sus intereses, pero ante la colosal derrota que sufrieron, han decidido oponerse a lo que impusieron.

Lo que la oposición derechista y fascista llaman sobrerrepresentación, no es un reclamo social. La oposición no se da cuenta que su propaganda anti sobrerrepresentación, no va más allá de una abstracción de tintes políticos, ideológicos e intereses económicos, los que para los ciudadanos no son reales. Recientemente, la fracasada candidata derechista Xóchitl Gálvez inventó que los votos de la derecha valen menos que los votos de Morena y sus aliados, lo que implicaría violar los derechos humanos de quienes votaron por ella y el PRIANRD. Semejante mentira y manipulación, busca ensombrecer los resultados, alcances de la elección del 2 de junio de 2024 y alentar la violación de la Constitución. El texto constitucional es claro: las curules se asignan por partido, ningún partido político puede tener más de 300 diputados y tampoco rebasar el 8%. La asignación constitucional, no violenta los derechos humanos o define unos votos como de menos valor.

El voto de la derecha no vale menos que el voto otorgado a Morena y sus aliados. Suponer tal mentira y manipulación, es burlarse de sus mismos votantes. Inventar que se violan sus derechos humanos, es reducir a los votantes de la derecha a basura partidista, desechable, todo con el fin de obtener los suficientes escaños, aunque el INE y el TEPJF violen la Constitución, para que la oposición derechista pueda impugnar cualquier reforma que afecte a la oligarquía, sus partidos políticos, el Poder Judicial y a las empresas privadas, sobre todo extranjeras. No es porque le interese el voto ciudadano y sus derechos humanos. Como se ha consignado en diversos medios, la derecha busca violentar la Constitución según sus intereses, no los de sus votantes. La nueva marcha rosa promueve, no solo la idea de que la Constitución debe ser interpretada, sino declarada inconstituacional. La derecha busca establecer la narrativa de que la Constitución se equivoca, ergo es violable porque no representa sus intereses.

La derecha conoce bien el manual del Lawfare, es decir, el uso del estado de derecho y la legislación vigente para favorecer los intereses de unos cuantos. Asimismo, prevé el intento de un golpe de estado blando, en el que los medios corporativos, el periodismo que venden y su comentocracia, tienen un papel central en la propaganda y promoción del golpismo derechista. Sin duda, estos esfuerzos locales están articulados con el avance de la derecha y el fascismo a nivel mundial. La globalización no es solo económica, informática, financiera. La relocalización de los procesos productivos y su fragmentación global, también requieren que ideológica y políticamente la derecha y los fascismos se reagrupen para defender el capitalismo salvaje en sus formas más destructivas –extractivismo, privatización y ruina de recursos naturales, destrucción de comunidades, formas organizativas y culturales locales, etc.- con la finalidad de que la acumulación capitalista y la tasa de ganancia no sucumban. Como sucedió el lunes negro (05/08/2024), que incendió la llanura capitalista de Estados Unidos a Japón.

martes, 6 de agosto de 2024

Medios corporativos y redes sociales: la arrogancia imperialista

 

La guerra mediática y en redes sociales, con propósitos golpistas, contra Venezuela, tomó nuevo auge. Medios corporativos derechistas golpistas como Washington Post, New York Times, entre otros en Estados Unidos, encabezan el embate contra el gobierno de Nicolás Maduro, sin pruebas, sin tener certeza informativa de lo que está sucediendo en el país sudamericano. A nadie debe extrañar. En redes sociales, la campaña arrecia con infundios sobre supuestas detenciones de personas que publican, en sus perfiles, arengas contra el gobierno venezolano, lo que nadie ha podido comprobar. Sin duda, Anthony Blinken, el sionista titular del Departamento de Estado de la Unión Americana, con su “aprobación” del supuesto triunfo de la marioneta de la fascista Corina Machado, desató a las derechas y ultraderechas su afán de derrocar a Maduro y recolonizar Venezuela. El desatino total.

Sin duda, la transparencia de la elección venezolana es fundamental, pero los momentos y tiempos en las que sus autoridades electorales lo establezcan, es una decisión interna en la que nada tienen que hacer o decir el Departamento de Estados Unidos, los medios corporativos, los “expertos” de la Unión Europea en imágenes de supuestas actas electorales. Asimismo, la derecha venezolana e internacional están operando una ofensiva millonaria en redes sociales para forzar el derrocamiento de Nicolás Maduro, centrando su campaña de mentiras en el desconocimiento de la reelección del presidente venezolano, envenenando a los usuarios de distintas plataformas (WhatsApp, Instagram, X, Facebook, TikTok) con odio, el tema favorito de la derecha y el fascismo cuando saben que, en los hechos, perdieron. Pero buscan arrebatar.

A nadie debe extrañar el actuar de los medios corporativos, tanto de Estados Unidos como de América Latina. Solo basta recordar el golpe de Estado en Chile, donde la prensa derechista tuvo un papel fundamental. Pero también, los casos de Bolivia, Pero, Brasil, entre otros, donde el golpismo mediático adelantó al Lawfare. Previo al derrocamiento o encarcelamiento de mandatarios progresistas, el embate de los medios corporativos fue crucial. Después, llegó el Poder Judicial o Legislativo, para inventar una maraña de mentiras legaloides para fundamentar el golpe de Estado y el encarcelamiento de mandatarios o exmandatarios, con la finalidad de escarmentar y poner un ejemplo para que los pueblos no volvieran a votar por partidos y corrientes políticas e ideológicas que ponen en entredicho a la derecha y el fascismo.

En el caso de las redes sociales, un medio reciente, pero explosivo, es el campo de batalla político e ideológico de la derecha y el fascismo, cuya finalidad es derrocar gobiernos progresistas. El anonimato de miles de cuentas, adicionales a las de personajes de todo tipo (influencers, periodistas, políticos, odiadores profesionales, youtubers, etc.), promoviendo campañas de odio y desprecio clasistas, discriminatorias, racistas, misóginas, antiLGBT, homofóbicas, dominan las plataformas digitales. Cruzadas que no se quedan en el espacio digital, sino que en muchas ocasiones son retomadas por los medios corporativos para arremeter contra gobiernos progresistas, a pesar de los bulos, fakenews, mentiras y odio que proliferan. La arrogancia imperialista, tanto de Estados Unidos como de Europa, ya no solo tiene a su servicio a los medios corporativos golpistas y derechistas, sino también las redes sociales.

La arrogancia imperialista tiene para sus fines golpistas a los medios corporativos desde hace décadas, pero ante el impacto de las redes sociales entre diversos sectores de la población, invierte, por medio de sus agencias, organizaciones y algunos personajes, millones de dólares para promover su estrategia digital golpista contra Nicolás Maduro y el pueblo venezolano. Porque el ataque no es solo contra el presidente de Venezuela, es contra un pueblo que apoya a su mandatario. No es un asunto personal; tiene que ver con un pueblo y sus líderes. Vaya error.

sábado, 3 de agosto de 2024

Blinken: la arrogancia imperialista

 

Anthony Blinken, el sionista secretario de Estado estadounidense, cómplice y promotor del genocidio palestino en la franja de Gaza, ha erigido a Estados Unidos como el supremo poder electoral, declarando a Edmundo González, imberbe y marioneta de la fascista Corina Machado, “presidente” de Venezuela. Y la comparsa mediática corporativa, tanto en la Unión Americana, México y América Latina, se suma sin ambages al intervencionismo e intento de golpe de estado contra un país soberano. Lo único que repite Blinken, es esa arrogancia imperialista en su trato con los pueblos latinoamericanos. No es que le importen los venezolanos, la democracia y el bienestar de los ciudadanos. Le importa a Blinken y la oligarquía global los jugosos negocios que podría hacer su país y gente tan inescrupulosa como Elon Musk, con el petróleo y otros recursos naturales de Venezuela.

La comparsa mediática corporativa golpista está ahora intentando fijar, con un mínimo de actas, quizás algunas trucadas, el supuesto triunfo de la derecha. La que fue convocada a presentar sus alegatos en el Tribunal Electoral, pero que prefiere cobijarse bajo el ropaje golpista de Estados Unidos, algunos gobiernos derechistas latinoamericanos y la Unión Europea. Según la agencia de noticias Associated Press (AP), que ya se erigió en nuevo poder supremo electoral, de 24 mil “imágenes” de supuestas actas –es decir, nada que ver con las actas reales- colige que la derecha golpista ganó por medio millón de votos más que el presidente Nicolás Maduro. Hasta este momento, ni al departamento de Estados de Estados Unidos ni a la AP, se le han otorgado permisos de autoridad suprema electoral. Por lo que, en ambos casos, caen en maniobras golpistas, desinformativas, además de violentar los códigos QR de la “imágenes” que dicen ser actas.

En este contexto, vale la pena preguntar si Blinken está buscando su Gaza en Latinoamérica, porque el reconocimiento al derechista venezolano, es un llamado a la guerra, la intervención y el derrocamiento de un gobierno soberano. La arrogancia imperialista desconoce cualquier relación diplomática externa, que no sea la voluntad de un gobierno derechista como el capitaneado por Biden y Blinken. Los demócratas, no solo podrían perder la Casa Blanca, sino también las guerras y negocios que les distinguen. Porque alegar que es en aras de la democracia, es un subterfugio que ya nadie cree. No defiendo a Nicolás Maduro, pero un gobierno asediado, expoliado de sus activos, bloqueado, sin capacidad para retener a su población que falsamente se dice perseguida y busca asilo en Estados Unidos, es difícil que encamine a su país a mejor puerto.

Como se ha dicho de múltiples maneras, de hacerse del gobierno venezolano la derecha fascista encabezada por Corina Machado, enfrascaría a Venezuela en una guerra fratricida y el desmantelamiento entrega de los recursos naturales a las transnacionales y la oligarquía global. No hay interés en los ciudadanos que emigran diariamente y atraviesan parte de Sudamérica, Centroamérica y México en busca de otra vida, más allá de su destino favorito. Conozco a algunos venezolanos que se han quedado momentáneamente en México: el argumento es similar, quieren departamento y auto, lo que dicen, en Venezuela es imposible. Muy respetable esa posición, pero no hacen consciencia de que ese impedimento no es porque Maduro se los impida, es porque el bloqueo y el saqueo imperialista los obliga a vivir en la miseria. En México, hasta el arribo de AMLO, millones de mexicanos estaban en la pobreza, bajo gobiernos derechistas y saqueadores.

Es con AMLO que varios millones de personas hoy han salido de la pobreza, además de que la economía, a pesar de las presiones inflacionarias e intentos de la oligarquía mexicana por descarrilar a la 4T, es bastante estable. Y no hay pleno empleo –en qué país capitalista lo habría, quien diga lo contrario miente- pero millones reciben apoyos que son derechos, no dádivas, lo que hace del momento económico y social mexicano un hito en la historia latinoamericana.